Con tan solo 26 años, esta deportista onubense ha militado diez temporadas en el Sporting, otras dos en el Sevilla FC, ambos en Primera División, y actualmente juega en el Racing de Santander, en Segunda. También ha debutado con la Selección Española y, en paralelo, se ha graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, además de cursar dos másteres. Aunque le ha ido bastante bien, reconoce que el fútbol femenino aún tiene mucho camino que recorrer para profesionalizarse y que son muchas las carencias.
¿Cuándo empieza tu relación con el fútbol?
–Tenía seis años cuando comencé a jugar en el patio del recreo. Éramos dos chicas las que jugábamos y todo lo demás eran chicos. Todos los recreos jugaba a pesar de recibir algunos insultos por querer jugar al fútbol. Con ocho años jugué en mi primer equipo, el del barrio del Matadero, que jugábamos una liga de fútbol sala y luego estuve dos años apuntada a futbito en mi colegio. Estuve unos años sin jugar y ya con 13 años volví a retomarlo llegando a la cantera del Sporting de Huelva.
Ahora es bastante más común que las niñas se interesen por el fútbol, pero aún hay muchos tópicos al respecto. ¿Te han hecho sentir ‘distinta’ por tu interés en este deporte?
–Desde bien pequeña en el colegio recibías algún que otro insulto por gustarte el fútbol. Eras el ‘bicho raro’ por gustarte un deporte que era considerado para chicos. Sin embargo mis amigos con los que jugaban no lo veían raro. Y nunca tampoco pensé en dejarlo por lo que pudieran decir, ya que era realmente lo que me gustaba.
En el fútbol femenino estamos todas las mujeres mucho más formadas y preparadas que los hombres futbolistas
¿Cuándo te planteas dedicarte profesionalmente al fútbol?
–Fue algo inesperado. En principio era una afición, cuando vi que podía ser mi trabajo y encima disfrutaba de ello, fui consciente de que ser profesional de este deporte exigía muchos requisitos. Ha sido con el paso del tiempo que he sido consciente de que podía vivir de esto unos años, sin olvidarme de prepararme a nivel académico durante todos estos años para, cuando esta carrera de futbolista termine, poder dedicarme a mi otra pasión: la formación. En el fútbol femenino estamos todas las mujeres mucho más formadas y preparadas que los hombres futbolistas.
¿Qué balance haces de estos años?
–Estoy muy contenta con mi trayectoria y con todos los años que he podido disfrutar del fútbol. Cada año el fútbol femenino ha ido aumentando su nivel en la competición, y ese aumento ha requerido una mayor exigencia. Puedo decir que soy Internacional Absoluta y fue un sueño cumplido. Poder vestir la camiseta de tu país y representarlo es algo indescriptible y que soñaba desde pequeña. Desde hace tres años hasta ahora he visto como he crecido a nivel deportivo y cómo me he exigido. Sin ir más lejos, desde hace año y medio tengo también mi propio entrenador personal con el que realizo el trabajo de fuerza. Me ha venido muy bien para encontrarme mejor a nivel físico, más ágil y rápida. Aunque estas dos últimas temporadas en el Sevilla FC no gozara de todos los minutos que me hubieran gustado, me sirvió para crecer a un nivel deportivo, psicológico, físico y personal que no imaginaba. Ese crecimiento, lo estoy ahora aprovechando y disfrutando en todos los minutos de los que estoy gozando este año.
Nada o poco tiene que ver la realidad del fútbol femenino con la del masculino. ¿Cuáles son las principales carencias?
–Las carencias son muchas. Cada vez parece que vamos hacia atrás en vez de ir hacia delante. Este año sin ir más lejos, no se ha llegado a un acuerdo por los derechos televisivos y casi todos los partidos de Primera División de cada jornada se disputan sin ser televisados. Esto no pasa en los chicos. Además, la liga aún no está reconocida como profesional. El CSD garantizó que se movilizaría para que este año la liga fuera profesional, pero la realidad es que aún sigue sin serlo. Faltan unos servicios mínimos y unos requisitos obligatorios que se establezcan para todos los equipos de Primera y Segunda División.
Existen muchos ‘haters’ del fútbol masculino que piensan que pedimos los salarios estratoféricos de los chicos
Las jugadoras llevan un tiempo movilizándose para exigir que la liga sea profesional. ¿Qué significa eso?
–Existen muchos ‘haters’ del fútbol masculino que piensan que pedimos cobrar los salarios estratosféricos que cobran los chicos, pero en ningún momento se pide eso. Se piden unas condiciones mínimas laborales. Todas las personas en sus trabajos tienen un mínimo de condiciones que aseguran su integridad. Por desgracia, en primera y segunda división no todos esos requisitos se cumplen porque no están regulados. Sin ir más lejos, compañeras del Rayo Vallecano no tienen servicio médico, han existido encontronazos en partidos y han tenido que atenderles sanitarios del equipo rival. Una seguridad mínima durante entrenamientos y partidos, un salario mínimo que realmente valore el esfuerzo y sacrificio que requiere ser futbolista, porque muchas personas se cree que ser futbolista es darle tres patadas a un balón, pero ser futbolista requiere un sacrificio diario, dar la mejor versión de ti misma en los entrenamientos para ser mejor cada día, cuidar la alimentación, el descanso, privarte de fiestas, perderte eventos familiares y trabajar en días festivos, horas de viaje cada fin de semana…
Solo ha sonado en los medios cuando ese Balón de Oro se ha conseguido pero poco que había cuatro españolas nominadas
Recientemente una jugadora española ha recibido el Balón de Oro. Sin embargo, en tu columna en Viva Huelva te mostrabas muy crítica precisamente por el desconocimiento del proceso para poder llegar hasta ahí y por todo lo que queda aún por conseguir.
–Ha sido un paso muy importante para el fútbol femenino español. Me alegré enormemente de que Alexia Putellas ganara el Balón de Oro. Además de conocerla personalmente y haber coincidido con ella en numerosas ocasiones en la Selección, me he enfrentado a ella y es una jugadora top en todos los aspectos. Esta consecución supone que el fútbol femenino siga creciendo, pero quedan aún mucho camino por recorrer. Solo ha sonado en los medios cuando ese balón de Oro se ha conseguido, pero poco ha sonado que había cuatro españolas nominadas, que la Selección Española ha seguido subiendo puestos en el ranking FIFA, la lucha constante del día a día del fútbol femenino para seguir creciendo… Todo es muy bonito cuando se consiguen títulos, pero el fútbol femenino español aún necesita de la profesionalización que a día de hoy no tiene.
¿Animarías a las niñas de hoy a que jueguen al fútbol?
–Sí, animo a todas las niñas a que hagan lo que realmente les guste. El deporte ya no es un deporte de chicos, nunca lo ha sido. El problema siempre ha sido nuestra sociedad que se ha encargado de crear unos estereotipos que nunca deberían haber existido. Tanto chicos como chicas deben hacer lo que realmente amen y les haga felices. Es importante crear cantera, fomentar el fútbol femenino. El año de pandemia sin ir más lejos, junto con unas amigas, decidimos crear el proyecto de un club de fútbol femenino que esta temporada ha comenzado a competir en la liga provincial de Huelva (2ª andaluza) para que todas las chicas tengan la oportunidad de jugar. Se llama CF Huelva Femenino y yo estoy ejerciendo como vicepresidenta. Quiero que las niñas onubenses tengan oportunidad de jugar el deporte que más les gusta.