El proyecto para restaurar en su totalidad la torre de la Catedral de Granada y rehabilitar la parte superior como mirador está redactado y pendiente de los permisos del Ayuntamiento y Cultura de la Junta para su licitación y el inicio de los trabajos.
Así lo han señalado a Europa Press fuentes de este proyecto dependiente del Arzobispado de Granada, que han incidido en la complejidad de los trabajos tanto por la altura en que habrían de colocarse los andamios necesarios como por la estrechez de las calles del entorno, entre otras cuestiones.
La habilitación del mirador estará precedido del arreglo del borde superior de la torre, además de por los trabajos de restauración que se reforzaron con la serie sísmica que afectó a la capital granadina y su entorno en el invierno de 2021.
Precisamente hace una semana la calle Cárcel Baja permanecía cortada a los viandantes por trabajos de refuerzo durante dos días, con una grúa de grandes dimensiones, en elementos de la corona de la torre, que, tras una primera intervención para su sujeción hace varias semanas desde el interior del templo metropolitano, los técnicos vieron convenientes para completar su seguridad.
El deterioro de la piedra no es un elemento nuevo en la Catedral, y los terremotos solo produjeron el "agravamiento" de un proceso que viene de lejos, aseguran los expertos. Los entre 20 y 30 pináculos de los techos en los que se inició la intervención de hace algo más de dos años tras la serie sísmica estaban, en este sentido, ya en una "situación precaria" previamente.
Su "repaso" derivó en un impulso para la conservación de otros elementos arquitectónicos de la torre del edificio patrimonial más importante del centro histórico de Granada, considerado uno de las obras cumbres del Renacimiento español.
De los alrededor de cien pináculos del conjunto catedralicio, incluyendo el área de la Capilla Real, donde se vieron afectados dos por los terremotos, los técnicos revisaron los de los frontales de Pasiegas y calle Cárcel Baja, por posibles afecciones a la actividad normal de la vía pública.
Algunos de estos pináculos tienen dos toneladas de peso sin incluir las peanas, y se reforzaron en su parte inferior con aros de pletina, que se separan de la piedra con una cinta de neopreno. Asimismo, se sustituyeron los vástagos --piezas en forma de varillas que sirven para articular o sostener otras piezas-- de hierro que van dentro de los pináculos, por otros de acero inoxidable, entre otras actuaciones.