Después de que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía anulara el veredicto de culpabilidad de un jurado popular que no apreció un brote psicótico
La Audiencia de Granada celebrará desde el 4 de julio un nuevo juicio contra el acusado de asesinar a golpes y puñaladas a una joven en Granada después de que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) anulara el veredicto de culpabilidad de un jurado popular que no apreció un brote psicótico en el autor.
Este segundo juicio se celebrará con un nuevo jurado popular y un nuevo magistrado presidente después de que la Sala de lo Civil y Penal del alto tribunal anulase la condena a 25 años impuesta al procesado y ordenase la "gravosa consecuencia" de tener que celebrar uno nuevo.
Los hechos se remontan al 5 de febrero de 2021 cuando el procesado se personó en la sede de la empresa familiar, ubicada en el Polígono Juncaril de Albolote (Granada), armado con un cuchillo que había cogido de casa.
Las cámaras de seguridad han certificado que lanzó un trozo de bordillo a la cabeza de la víctima, una joven de 29 años a la que dio puñetazos en la cabeza, arrastró por el cuello y asestó dos puñaladas en la espalda.
El acusado también cogió una maceta y se la lanzó a la cabeza para golpearla después con un sillón giratorio de la oficina, volvió a apuñalarla y le siguió golpeando, además de rociarle el rostro y el cuerpo con los polvos químicos de un extintor.
Aunque un compañero encontró aún con vida a la víctima, que identificó a su agresor, murió en un hospital esa misma tarde.
Un jurado popular se encargó de la causa, un juicio que se celebró en septiembre de 2022 y tras el que ofrecieron un veredicto de culpabilidad en el que no apreciaron que el procesado actuara afectado por un brote psicótico.
Ese veredicto fue la base de la sentencia, que condenó al procesado a un total de 27 años de cárcel por el asesinato y por robar a su víctima, un fallo que recurrió ante el TSJA el abogado de la defensa, Pablo Luna.
La defensa ha sostenido, como en parte del proceso hizo también la Fiscalía, que el acusado es un enfermo mental que recibe tratamiento en el centro pisquiátrico penitenciario de Sevilla y se apoyó en el dictamen de expertos que negaron que pudiera estar simulando su esquizofrenia.
Durante su declaración, dijo que el día de los hechos había visto en ella al demonio y que se sentía perseguido.
La defensa del procesado presentó un recurso contra la sentencia en el que defendió la "insuficiente" motivación del veredicto aportado por el jurado popular.
El TSJA reconoció entonces que no fue "fácil" valorar las conclusiones sobre el estado mental del procesado porque las versiones ofrecidas eran en ocasiones opuestas.
Ante las dudas sobre la simulación de los síntomas frente al informe pericial que diagnosticó la enfermedad, el TSJA dictaminó anular el veredicto y volver a empezar.
Se buscará así determinar si el acusado padecía un trastorno psicótico o lo simuló, y en caso de padecerlo, su impacto sobre su capacidad y facultades en el momento del asesinato.