La Audiencia Provincial de Lugo ha celebrado desde el lunes el proceso contra este hombre por unos hechos ocurridos en febrero del año 2020
El hombre de 48 años acusado de acuchillar hasta la muerte a la mujer con la que convivía en Lugo ha sido declarado este miércoles culpable de asesinato por el jurado popular, aunque este entiende que no se trata de un caso de violencia de género, pues alegó que no eran pareja.
La Audiencia Provincial de Lugo ha celebrado desde el lunes el proceso contra este hombre por unos hechos ocurridos en febrero del año 2020.
El jurado popular, en su veredicto difundido por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia, lo ha declarado culpable de asesinato, si bien no ha tenido en cuenta la agravante de violencia de género y ha considerado que no tenía mermadas sus facultades, por lo que tampoco tiene en cuenta esta atenuante.
El procesado había asegurado el lunes que fue la mujer la que lo amenazó a él con un cuchillo, pero consiguió arrebatárselo, intento asustarla y se lo clavó sin querer; y había afirmado también que no eran pareja, sino que tenían una relación de amistad.
Tanto la Fiscalía como las acusaciones particular y popular pedían para el acusado una pena de 25 años de cárcel, al considerar que lo que cometió fue un asesinato, con alevosía y las agravantes de parentesco -por parte del ministerio público- y violencia de género -en este caso por parte de las acusaciones particular y popular-.
Según el escrito de acusación del ministerio fiscal, el acusado, que conocía a la víctima “desde hacía años”, inició con ella una relación sentimental en el verano de 2019 y se fueron a vivir a juntos en el domicilio de la mujer, en la ciudad de Lugo.
La Fiscalía sostiene que el crimen se produjo entre las 18:00 horas del día 6 y las 8:00 horas del 7 de febrero de 2020, en el domicilio que ambos compartían.
Después de una discusión, “con conocimiento del grave estado de embriaguez” en el que se encontraba la mujer, “no tiendo la víctima posibilidad” de defenderse, el acusado supuestamente aprovechó que ella se encontraba sentada en el inodoro para asestarle cuatro puñaladas en el cuello con un cuchillo que tenía 19 centímetros de hoja.
Lo hizo, según sostiene el ministerio público, “con la intención de acabar con su vida” y al menos una de las puñaladas le seccionó la carótida, de modo que la víctima falleció a causa de la hemorragia que le provocaron las heridas en el cuello.
En el momento del fallecimiento, la víctima tenía 49 años. Dejó dos hijos, uno de 17 y otro de 30 años, así como a su madre de 77 años.
El fiscal sostuvo que el acusado estaba en uso de sus facultades el día de autos para “comprender sus actos” y la “voluntad intacta para decidir ejecutarlos”, por lo que lo acusa de un delito de asesinato con el agravante de parentesco.
Además de los 25 años de prisión, reclama que indemnice con 84.000 euros al hijo que era menor de edad en el momento de los hechos y con 52.000 euros al mayor. También reclama una indemnización de 42.000 euros para la madre de la víctima y de 15.000 para su hermano, en concepto de daño moral.