Efectivos de la Policía Local de Málaga han interceptado a un joven de unos 13 años que, al parecer, se había fugado del centro de menores de Estepona, como presunto responsable de dos robos con violencia con agresión con arma blanca.
El primer hecho se produjo sobre las 03.30 horas de la madrugada del pasado lunes en la puerta de una sala de fiestas situada en la calle Santa Lucía, donde, al parecer, el menor se acercó a dos mujeres de unos 30 años que estaban guardando cola para acceder al local, sustrayendo el teléfono móvil a una de ellas.
Al percatarse del hecho, la víctima cogió al menor de las manos y le instó a que le devolviese el móvil, ante lo que el joven, presuntamente, respondió sacando un objeto punzante, al parecer un cuchillo, y comenzó a realizarle cortes en un brazo para que lo soltase. Tras esto, se dio a la fuga, según ha informado la Policía Local en un comunicado.
El segundo suceso tuvo lugar una hora más tarde, cuando el menor se acercó a una pareja que transitaba por calle Cerrojo, concretamente una mujer de 58 años y un hombre de 63, agrediendo, presuntamente, a la primera, a la que llegó a tirar al suelo. Le quitó, además, varios efectos, entre ellos un teléfono móvil de última generación.
Asimismo, al parecer, cuando el hombre intentó evitar el robo, el menor le clavó en el cuello y en el abdomen un objeto punzante, concretamente unas tijeras, siendo asistido con posterioridad, junto a la mujer, por personal médico del Servicio de Emergencias Sanitarias 061.
Efectivos del Cuerpo Nacional de Policía acudieron al lugar, entrevistándose con las víctimas e interviniendo las tijeras, tras localizarlas tiradas en el suelo.
Mientras esto ocurría, una patrulla de la Policía Local encontró al menor en calle Montes de Oca. Aunque intentó huir a la carrera al percatarse de la presencia policial, finalmente, fue interceptado en la calle Peso de la Harina.
Los policías locales pudieron comprobar que portaba una pitillera de color negro y un 'smartphone', efectos que coincidían con los sustraídos a la mujer, la cual los reconoció posteriormente como propios.
PRUEBAS PARA DETERMINAR SU EDAD
Al no poder determinarse plenamente la identidad del menor que decía tener 12 años, fue trasladado a un hospital, donde se le realizó una prueba oseométrica, de la que se dedujo que podía tener unos 14 años. Asimismo, se pudo comprobar que el menor tenía varias reseñas anteriores de la Fiscalía de Barcelona, en función de las cuales se pudo determinar que su edad aproximada era de 13 años.
Tratándose de un menor inimputable, se procedió a dar protección al mismo, siendo acompañado hasta dependencias policiales a fin de comparecer por los hechos y realizar las gestiones pertinentes.