Así lo revelaba ayer la edición electrónica del The Jerusalem Post, al publicar el arresto de Micky Mayon, de 33 años y nacionalidad estadounidense, buscado desde hacía dos años por las autoridades de su país.
Mayon es acusado de ataques racistas, de quemar vehículos de agentes federales y otros actos violentos, en línea con su ideología supremacista, que no le impidió radicarse en Israel, donde probablemente pensó que nunca sería buscado.
La detención se produjo el lunes en un hostal de Tel Aviv donde Mayon había reservado una habitación, después de residir durante meses en Israel en situación ilegal, pues la visa de turista con la que entró en el país en enero de 2008 era sólo por un mes.
Se desconoce si su entrada en Israel se produjo como resultado de la falta de comunicación entre las autoridades israelíes y estadounidenses.