El mal resultado de los socialistas en las elecciones gallegas y vascas ha supuesto la sexta derrota consecutiva de los socialistas en las urnas desde que Pedro Sánchez asumió la secretaría general del PSOE en julio de 2014.
En los algo más de dos años que Sánchez lleva al frente del partido, ha vivido siete procesos electorales, en los que el PSOE solo ganó en uno, en los comicios celebrados en Andalucía en marzo de 2015 con Susana Díaz de candidata.
Desde entonces y con la consolidación de Podemos y Ciudadanos, los socialistas han ido encadenando derrotas en las urnas, una racha que se ha prolongado hoy en Galicia y País Vasco.
En mayo del pasado año, tuvieron lugar las elecciones municipales y autonómicas, en las que el PSOE cosechó su peor resultado en el ámbito local en toda la democracia, si bien en el plano regional, gracias a los pactos, los socialistas se hicieron con la presidencia en siete territorios.
La siguiente cita fue las catalanas de septiembre de 2015, en las que el PSC logró sus peores cifras desde 1980 en unos comicios autonómicos, si bien mantuvo el tercer puesto con cuatro escaños menos que en 2012.
Sánchez afrontó el 20 de diciembre y el 26 de junio las elecciones generales como cabeza de cartel y en ambas citas, los socialistas vieron empeorar su rendimiento, al obtener la cifra más baja de diputados en toda la democracia, con 90 y 85, respectivamente.
El secretario general obtuvo 5,2 millones de votos en los comicios de junio, casi la mitad de que los cosechó José Luis Rodríguez Zapatero en 2008 y un millón y medio menos que en 2011 con Alfredo Pérez Rubalcaba.
En el caso de Galicia y País Vasco, se ha prolongado la tendencia negativa después de que Sánchez se haya volcado en ambos territorios durante la campaña.
El resultado más flojo del PSdeG en unas gallegas fue en 1997, cuando en coalición con Esquerda Unida, logró 15 escaños y por primera vez los socialistas fueron la tercera fuerza más votada, tras el PP y el BNG.
En Euskadi, el suelo estaba en nueve escaños, conseguidos en 1980, muy lejos de los 19 que cosechó en 1986, cuando fue la primera fuerza en número de parlamentarios por delante del PNV.