En una rueda de prensa tras reunirse con las autoridades paquistaníes, Clinton reconoció que las relaciones entre ambos países se hallan en un "punto de inflexión" después de la muerte del líder de Al Qaeda a manos de fuerzas de elite de EEUU en Abbottabad, población cercana a Islamabad, el pasado 2 de mayo.
"No hay absolutamente ninguna prueba de que alguien al más alto nivel en el Gobierno (paquistaní) supiera que Osama Bin Laden vivía a sólo a unas millas de donde estamos", declaró Clinton.
La secretaria de EEUU recordó que Pakistán ha abierto una investigación para determinar cómo fue posible que Bin Laden se refugiara en una finca a escasa distancia de la principal academia militar de Pakistán y garantizó que EEUU compartirá toda la información que pueda.
Clinton detalló que en su encuentro con el presidente paquistaní, Asif Alí Zardari, este defendió enérgicamente que su Gobierno habría capturado a Bin Laden si hubiera podido e incluso recordó que su difunta esposa, la ex primera ministra Benazir Bhutto, fue una víctima del terrorismo.
"Al Qaeda ha sido una causa de sufrimiento para Pakistán", manifestó Clinton.
La secretaria de Estado apostó por la colaboración en la lucha contra el terrorismo y puso como un ejemplo que los servicios secretos norteamericanos (CIA) hayan podido acceder recientemente a la finca de Bin Laden con permiso paquistaní.
La cooperación será fundamental también en el proceso de diálogo con los grupos insurgentes en Afganistán, según la secretaria.
Clinton compareció ante la prensa junto al jefe del Estado Mayor de EEUU, Mike Mullen, quien durante los últimos años ha mantenido una buena relación con la cúpula militar paquistaní y que ha admitido la "tensión" actual existente entre Islamabad y Washington.
Durante su visita, Clinton se reunió con el jefe del Ejército de Pakistán, Ashfaq Pervez Kiyani, además de con el jefe de los servicios secretos (ISI), Ahmed Shuja Pasha, y con el presidente Zardari.