Secuestros masivos como éste, atribuido por las autoridades al frente 16 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), no se registraban en este país desde enero 2008, cuando la guerrilla retuvo a 30 turistas en el departamento del Chocó, fronterizo con Panamá.
La captura de 23 ingenieros y operarios, todos de nacionalidad colombiana, se llevó a cabo en el municipio de Puerto Príncipe, en el Vichada, departamento que limita con Venezuela.
En declaraciones a emisoras locales, el gobernador del Vichada, Juan Carlos Ávila, dijo que un grupo de hombres armados irrumpió en un campamento donde los trabajadores realizaban análisis sísmicos y labores de exploración y secuestró a los 23.
Uno se fugó tras la captura y dio la primera información a las autoridades.
De inmediato se activó la búsqueda, denominada "Operación Minotauro", con un dispositivo integrado por unos 500 militares y liderado en la zona por el comandante del Ejército Nacional, general Alejandro Navas.
La "presión militar" desembocó en el rescate de 21 de los secuestrados.
Así lo explicó a la prensa el ministro colombiano de Defensa, Rodrigo Rivera, quien afirmó que "el mundo se les vino encima a los guerrilleros" cuando sintieron encima la presión de las tropas.
Rivera destacó que las víctimas de este masivo secuestro son "humildes trabajadores" de la zona, en su mayoría indígenas, y que todos se encuentran "en buenas condiciones de salud".
"Cuando se sintieron con la tropa encima, para preservar la vida (los guerrilleros) huyeron y se llevaron a uno de los secuestrados como escudo humano", declaró a los medios el general Navas, en alusión a la única persona que continúa retenida, topógrafo de profesión.
La presión militar en el Vichada "continúa, siempre pensando en rescatar vivo al que queda secuestrado", agregó el oficial.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, dijo este martes que su Gobierno no descansará hasta que el país esté "libre de secuestros", y elogió la operación militar que permitió liberar a 22 de los 23 trabajadores capturados.
"No vamos a descansar hasta que no veamos a todos los secuestrados libres y a un país libre del secuestro y de la inseguridad", afirmó Santos durante un acto en Bogotá.
El mandatario destacó que cuando se informa "a tiempo" de hechos "tan lamentables" como este secuestro masivo "las autoridades reaccionan y las probabilidades de salir con éxito de los rescates son muy altas".
La práctica de los secuestros masivos fue usada principalmente por las FARC durante la década de los noventa, y afectó sobre todo a policías y militares.
De hecho, los policías y militares que llevan más tiempo en poder de la guerrilla, algunos cautivos desde hace más de 12 años, fueron capturados durante esos secuestros masivos.
En 1998 se registraron tres ataques de las FARC particularmente cruentos: en el Caquetá (sur), con un saldo de 65 militares muertos y 43 secuestrados; en Guaviare (centro), donde fallecieron 40 policías y militares, y fueron capturados 56; y en el Vaupés (sur), con un resultado de 16 miembros de la fuerza pública muertos y 61 hechos cautivos.
Ya en 2002, guerrilleros de las FARC asaltaron la Asamblea Departamental del Valle del Cauca, en Cali (suroeste), y secuestraron a 12 diputados. Once fueron asesinados en junio de 2007 y el único superviviente fue liberado por los rebeldes a comienzos de 2009.