El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha supeditado los cambios fiscales que introducirá el Gobierno el próximo año al diálogo con los grupos parlamentarios sobre las cuentas públicas de 2011.
Durante una rueda de prensa en Oslo con el primer ministro de Noruega, el jefe del Ejecutivo aseguró que hasta que el Gobierno no cuente con un "diálogo político presupuestario definido", no hará "ningún movimiento, ningún compromiso y ningún anuncio" sobre política fiscal.
"Estamos en la fase de diálogo político con los grupos, cuando esté madura será el momento, por razones lógicas, porque necesitamos contar con consenso", subrayó el jefe del Ejecutivo, quien insistió en que, en todo caso, los cambios en materia fiscal serán "muy limitados".
En cuanto a la reforma laboral, Zapatero dijo que responde a una necesidad, como es que las empresas españolas sean "más flexibles" para que se puedan adaptarse mejor a las circunstancias económicas de un momento o de un sector y, por ello, indicó que se ha facilitado la reducción de jornada y de salarios, al tiempo que se ha estimulado la contratación indefinida, por dos vías, por reducir los costes para el empresario y por ampliar las posibilidades del contrato de fomento del trabajo.
Sobre los resultados que está dando la misma, indicó que es preciso esperar unos meses para que se pongan en funcionamiento "todas las posibilidades" de la reforma para ver sus resultados. En cualquier caso, aseguró que dará resultados y que serán positivos, tanto desde el punto de vista de la reducción del desempleo como de la estabilidad.
Así, destacó la moderación del paro de los últimos meses, tendencia que, según dijo, se mantendrá en los próximos meses, por lo que afirmó que a finales de este año o principios del próximo se estará creando empleo, aunque siempre en "términos moderados".