El dimisionario Yves Leterme –que continúa al frente del Gobierno mientras se fragua una nueva coalición tras las elecciones del pasado 13 de junio– será de momento la cabeza visible de esa presidencia. Y lo será hasta octubre.
La habitual complejidad del proceso en Bélgica se ha visto acrecentada en esta ocasión por los resultados de los últimos comicios, en los que una fuerza abiertamente secesionista como la N-VA flamenca ha sido la formación más votada de todas.