El líder conservador británico, David Cameron, favorito para ganar las elecciones generales del 6 de mayo, ofreció ayer menos influencia estatal y más control de los ciudadanos sobre servicios como la educación o la sanidad y hasta la Policía, y propuso limitar la inmigración no comunitaria.

Cameron, que presentó su programa electoral en la planta eléctrica de Battersea (Londres), famosa por haber sido portada del álbum Animals de Pink Floyd, prometió “algo diferente” al invitar a los votantes a “unirse” a él en la creación de una nueva forma de gobernar para afrontar desafíos económicos, sociales y políticos.

Estos problemas no podrán ser abordados si los británicos “no aúnan esfuerzos y trabajan juntos” porque “todos estamos juntos en esto”, dijo el líder conservador al destacar las dificultades que afronta el país después de trece años de gobiernos laboristas.

La plataforma electoral, contenida en 130 folios, ofrece unas políticas destinadas a “devolver” el poder a la población y que las decisiones pasen del gobierno local a las comunidades locales.

Cameron dijo que la invitación que está haciendo a los ciudadanos es el “llamamiento a las armas” más importante en una generación. Insistió en que su formación cuenta con las políticas para “restablecer la confianza en nuestro destrozado sistema político” al situar la “responsabilidad” en el corazón de las actividades.

“Este no es un manifiesto tradicional. Es algo diferente, muy diferente. No estamos aquí para hacer las promesas políticas de siempre. No decimos 'dadnos el voto y resolveremos todos vuestros problemas'. Decimos 'ningún Gobierno puede solo resolver todos los problemas'”, puntualizó.

Los conservadores ofrecen un plan “ambicioso y optimista” para conseguir la recuperación económica y el crecimiento, a través de una sociedad fuerte y unas reformas políticas radicales, dijo.

Sobre la UE, Cameron dijo que los conservadores no permitirán que el Reino Unido pueda sumergirse en una Europa federal y prometió que en el futuro la población tendrá voz, a través de referéndum, a la hora de decidir la entrega de poderes a la Unión.

Para ello, el político prometió que un gobierno conservador enmendará la Ley de Comunidades Europea de 1972 a fin de que cualquier futuro tratado europeo sea sometido a un referéndum.