El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, se ha mostrado este viernes "sorprendido" ante la advertencia del Banco Central Europeo (BCE) de que el impuesto a la banca español puede restringir el crédito y ha considerado "bastante paradójico" que una institución que está subiendo los tipos de interés para suavizar el crédito lance un aviso como éste en el contexto actual.
"Me parece sorprendente. No es la primera vez que emite un informe de estas características. Lo deben tener de copia y pega de otros momentos, en contextos distintos (...) Será un tipo de informe normalizado que tienen de otras veces que han contestado a esto y lo han puesto ahí, sin tener en cuenta que, vista la coyuntura actual, resulta un poco sorprendente esa afirmación", ha señalado el ministro.
Escrivá, en declaraciones a RNE recogidas por Europa Press, ha pedido "rebajar muchísimo el estatus" de este informe del BCE, pues entiende que son recomendaciones y consideraciones de carácter general. "En ningún caso entiendo que el BCE quiera interferir en la legitimidad de un Gobierno de regular estos temas", ha opinado.
De hecho, el ministro, que trabajó en el BCE durante unos años, ha subrayado que la emisión de este tipo de informes no es una actividad central de la institución, sino secundaria.
"Hay que poner en su justo término lo que significa un informe como éste (...) No es su actividad central, es una parte secundaria y rutinaria. El Tratado le da esta función, pero no entra en el proceso central de toma de decisiones", ha apuntado.
El ministro ha subrayado que las regulaciones financieras, excepto algunos elementos concretos de solvencia, y en mayor medida las regulaciones fiscales "son competencias nacionales".
En este sentido, ha indicado que en los países escandinavos y en Francia existen impuestos a la banca desde hace más de una década, sin que difieran mucho del planteado por España.
El BCE publicó ayer un dictamen en el que cuestiona distintos aspectos del impuesto temporal que el Gobierno español quiere imponer al sector bancario al considerar que el gravamen podría llegar a poner en peligro una transmisión fluida de las medidas de política monetaria, añadiendo que el importe del mismo podría no ser proporcional a la rentabilidad de las entidades y expresando la importancia de que pueda repercutirse a los clientes.
La institución señala en su dictamen que, desde el punto de vista de la política monetaria, si bien los ingresos netos por intereses de los bancos suelen aumentar a medida que aumentan los tipos de interés oficiales, este efecto puede compensarse con un menor volumen de préstamos, así como por pérdidas en la cartera de valores y aumentos en las provisiones como consecuencia del deterioro de la calidad de la cartera de crédito.