Según fuentes oficiales citadas por la televisión local, los cuerpos están siendo trasladados al hospital militar para confirmar su identidad antes de avisar a sus familiares.
El Boeing 737-800 de Ethiopian Airlines se estrelló poco después de despegar del aeropuerto de Beirut hacia 2.30 hora local (0.30 GMT) en un vuelo con destino Adis Abeba y con 90 personas a bordo, la mayoría libanesas.
La labores de rescate se están desarrollando en aguas frente a la población de Naameh y el barrio capitalino de Jalde, en el sur de Beirut, en medio de unas adversas condiciones climatológicas, con viento y fuerte oleaje.
El primer ministro libanés, Saad Hariri, anunció que su Gobierno ha pedido la ayuda de Chipre, Estados Unidos y Francia para encontrar posibles supervivientes.
"No descansaremos hasta encontrar la 'caja negra' para saber cómo sucedió el accidente", declaró el jefe del Gobierno libanés a los periodistas en el aeropuerto internacional de Beirut, desde donde sigue de cerca las operaciones.
"Lo que importa es encontrar supervivientes y saber lo que pasó", añadió Hariri.
El accidente se produjo en medio de un temporal. Algunos testigos entrevistados por la televisión libanesa aseguran que el aparato cayó envuelto en llamas, mientras los medios de comunicación manejan la posibilidad de que al avión le impactara un rayo.
Los datos oficiales indican que, de los 90 pasajeros y tripulantes que iban en el avión, había 54 libaneses y el resto extranjeros, incluidos la ciudadana cubana Marla Sánchez, esposa del embajador francés en Beirut, Denis Pietton.
A las labores de rescate se han unido efectivos de la Fuerza Interina de la ONU en el Líbano (FINUL), que ha puesto a disposición de las autoridades libanesas tres barcos y dos helicópteros.
Hariri ha declarado duelo nacional por este accidente. También se ha cancelado la sesión de hoy programada en el Parlamento y el Ministerio de Educación suspendido las clases en colegios y universidades en señal de luto.