La portuense Esmeralda Álvarez ha conseguido reunir, entre firmas presenciales y a través de la plataforma change.org, más de 1.000 firmas que acreditan el apoyo con el que cuenta para que el Consistorio les ofrezca la oportunidad de gestionar un kiosko de chucherías.
Firmas que, como bien explica, dan a conocer el apoyo ciudadano con el que cuenta esta portuense, que lucha, desde hace más de dos años, por un kiosko de chucherías para poder sacar adelante a su familia.
Este medio, que ya dio a conocer el caso de esta portuense y su pareja, que cuentan con tres hijos y no tienen empleo, pudo conocer que intentan optar al que se encuentra ubicado en el parque del Vino Fino, tras el incendio por acto vandálico que sufriera el de la plaza Pepe Jerez, en El Tejar, que les había sido adjudicado, pero al que no pudieron acceder porque su pareja tenía una multa de tráfico, que intentaron pagar poco a poco y de manera fraccionada, sin mucho éxito, porque finalmente no le concedieron esa opción.
Como bien informaba Esmeralda Álvarez a Viva El Puerto, teniendo familia numerosa, intentan, de todas las maneras posibles, encontrar una manera de llevar ingresos a su casa, y lo hacen de manera legal, por ello consideran que merecen una oportunidad. De ahí que hayan comenzado a recoger firmas para presentar un aval al Ayuntamiento para que agilice el proceso y les adjudique el kiosko que solicitan, que se encuentra cerrado y sin actividad, firmas que ofrecieron al alcalde, David de la Encina, en el pleno ordinario de este miércoles. Y es que, ya han sido muchas las veces que han intentado, con el área de Patrimonio, ver sus posibilidades con respecto al tema de los kioskos.
Además, esta portuense considera importante dar a conocer a la Corporación municipal su situación y así sensibilizar al equipo de Gobierno, de ahí que solicitara poder tomar la palabra en el Pleno ordinario celebrado esta semana.
En sus cinco minutos de exposición, Álvarez recordó la situación en la que se encuentra, ya relatada en estas líneas, destacando que, muchos de esos kioskos verdes “se encuentran abandonados”, siendo una oportunidad para familias como la suya, por tanto, cuando abrieron el plazo de sorteo para optar a los mismos, “vi un rayo de luz, porque no quiero perdir limosna”, explica. “Quiero trabajar y no pedir limosna. No me niego a pagar la multa”, por eso “queremos que nos la fraccionen”, para poder pagar lo que le permite su exigua economía.
Además, ha principios de semana, esta portuense consiguió reunirse con el primer teniente de alcalde del Gobierno municipal, Antonio Fernández, pero tras su encuentro, Álvarez se muestra desilusionada, porque no consiguió una respuesta que la animase a confiar en que la solución a su problema estaba cercana en el tiempo.
Con todo, al Pleno de la Corporación arrancó un principio de estudio de su situación, algo que la anima a confiar en que “pueda haber una solución”. Su exposición en el Pleno se ganó un aplauso de todos los presentes y el reconocimiento a la lucha que emprendiera hace unos años esta luchadora.
Kioskos cerrados
Esmeralda Álvarez destaca, como ya confirmara hace unas semanas a este medio, que hay muchos kioskos cerrados en la ciudad, como ya comprobó Viva El Puerto haciendo un recorrido por los distintos establecimientos repartidos por El Puerto. Y es que, en estos momentos, abiertos y con uso solo están los de Valdelagrana, El Manantial, plaza de toros, calle Valdés y plaza Miguel del Pino.
Por ello, la afectada insiste en que, si bien no hay suficientes solicitantes para los kioskos vacíos, o bien hay una gran cantidad de kioskos sin uso, hay que agilizar el procedimiento para que, quien esté interesado, pueda optar a los mismos.
Recordar que, cerrados y sin utilidad alguna están el kiosko bar del parque de la Victoria, parque del Vino Fino, rotonda del Magisterio, avenida Doctor Marañón, calle Luna con parque Calderón o el pabellón deportivo, a los que hay que añadir el que saliera ardiendo en la plaza Pepe Jerez, que estaba abandonado y sin concesión antes de que saliera ardiendo, sumando además el de cebos cercano al colegio Sagrado Corazón o el ya desaparecido de la plaza de la Esperanza, debido a las remodelaciones que se están realizando en el entorno de Santa Clara.
Una historia de superación, de valentía y de lucha que continuará, porque Esmeralda Álvarez tiene claro que seguirá luchando para que sus hijos puedan tener el futuro que merecen.
