Cada partido del Recreativo Portuense se está convirtiendo en una reválida semanal para ver si de una vez por todas hay reencuentro. Hoy tampoco la hubo. Y eso que los condicionantes se prestaban para ello. Ni la visita del colista ni los tres goles de ventaja sirvieron para saborear un triunfo tranquilo.
El respiro, el resoplido hubo que encontrarlo casi en el descuento. Antes hubo que sufrir y volver a sufrir. Nuevamente. El 3-0 pareció colocar el punto y final. Craso error. El colista sonrojó a propios y extraños. Fue a lo suyo, a jugar y competir. El Recre, otra vez, a sestear cuando pudo. Confianza extrema que le pudo costar demasiado caro.
Segundo colista que llega al Marcos Mongue y segundo que le vuelve a demostrar que en esta categoría o corre y lucha o empieza a pensar en otros menesteres. Ni las rencillas veraniegas del colegiado debieran valer para justificar decisiones, que sin cruciales ni decisivas, sirvieron para dar la espalda a un choque que debía cerrarse. El Recre fue preso de sí mismo. Aún con la llegada tardía de los más perezosos, el minuto 4' ya reflejaba las intenciones de unos y otros. Primer gol en el primer acercamiento. La goleada parecía de obligado cumplimiento. Rafi Cruz se aprovechaba de un lanzamiento de Juanito, que resultaría ser el hombre del partido al marcar tres de los cuatro goles anotados. 1-0 y a esperar a hacer el segundo. Los visitantes poca resistencia realizaban hasta entonces. La clasificación ilustrada su pobre actuación. Los locales lo tenían todo a su favor. Dos zarpazos del cada vez más integrado y más determinante Juanito ofrecía un triunfo plácido. Intervino en los cuatro tantos recreativistas. Titular indiscutible entre la marejada de cambios que viene acumulando los rojiblanco en este tercio liguero. El primer tiempo cerró una primera parte plácida. La segunda era otra historia. Bien diferente. Y tanto. La bisoñez siempre justificó la inmadurez en la estrenada categoría, la relajación y la incompleta entrega sirvió, por momentos, para pasar apuros ajenos. Inesperados y prescindible. Los Cortijillos supo que poco podía seguir perdiendo. El Recre pensó que todo estaba todo decido. Ni los anteriores partidos, ni los 45 minutos que todavía quedaban por delante valieron para hacer pensar lo contrario. Dos goles, un palo y un gol en fuera de juego pareció no ser suficientes. Los campogibraltareños se vinieron arriba; los portuense abajo. Sufrimiento y desasosiego. El crono corría y los peores augurios merodeaban por entre los incrédulos. Los Cortijillos lo intentaban sin rubor. Hasta que Juanito, el salvador, hizo el cuarto. Ver para creer. Una hora y media hubo que esperar para celebrar y saborear la victoria. No antes. Marcar en el minuto 4 no es sinónimo de aventurar tranquilidad. Ni mucho menos. El Recre Portuense continúa una semana más buscándose. En la mitad de la tabla, ser el segundo equipo más goleador y contar los últimos tres encuentros como local por victorias parece no ser suficientes motivos para disfrutar de una victoria que costó pero que mereció de principio a fin.
