En política existe una norma no escrita de dar 100 días de cortesía para que el nuevo equipo de gobierno se haga con los temas y fije sus posturas, no ya desde la oposición, donde lo más fácil es criticar sino con la responsabilidad de ser a quién corresponde gestionar y tomar las decisiones.
Cumplidos los cien días de mandato, los temas candentes para el equipo de gobierno siguen siendo los mismos de los que ya tanto se ha hablado, la construcción o no de los aparcamientos subterráneos en la Plaza de Toros y en Pozos Dulces, el pliego de jardines en lo referido a la cesión de una parcela municipal y construcción gratuita para la contrata de una nave, la tasa del arbolado, y la vuelta atrás en la adjudicación del 49% de las acciones de la empresa de aguas Apemsa.
A todo equipo de gobierno nuevo le toca lidiar con los pliegos que aprobó el equipo de gobierno anterior. Generalmente se trata de pliegos que fueron adjudicados con el voto en contra de los nuevos gestores, y de los que los ahora concejales del equipo de gobierno hicieron en su día "casus belli". Pero una vez en el gobierno, hay que resolver qué hacer, si dar marcha atrás a lo ya aprobado o intentar correr sobre los temas espinosos un tupido velo y tratar que caigan en el olvido.
La respuesta dada a esta situación por el nuevo equipo de gobierno es la de pedir informe a los técnicos. Y una, que ya conoce el paño, se pregunta, ¿a qué técnicos van a pedir informes?, ¿a los mismos técnicos que idearon el objeto del pliego?, ¿a los técnicos que en su día convencieron al concejal de turno de que el pliego era el mejor de los posibles, y que con el mismo se arreglarían todos los problemas?, ¿o a los técnicos que realizaron los informes que obligatoriamente deben acompañar a los pliegos para ser aprobados por pleno? Difícilmente los técnicos van a manifestarse ahora en contra del trabajo hecho y de los informes que ya emitieron.
La verdadera voluntad de cambiar las cosas no puede esconderse tras los informes técnicos. Dar marcha atrás es difícil pero no imposible. Quienes mostraron tanta vehemencia y vigor en la oposición deben demostrar de qué pasta están hechos, si son políticos de raza o si son más de lo mismo.
