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Encuentros en la tercera fase

Ignacio Corzo, Manuel Lores y Francisco Aguilar perfilan un plan a seguir para el futuro inmediato.

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  • Imagen de archivo de una asamblea de socios en el auditorio San Miguel. del 24 de julio de 2008. -

Dos meses después de la publicación del informe concursal que este medio publicara en exclusiva, los acontecimientos no han hecho sino dar la razón a todo lo expuesto y publicado anteriormente por este periódico.

Lo bueno se hace esperar. La tan ansiada reunión al fin llegó a celebrarse en un ambiente cordial y esperanzador. Ahora sin miradas incómodas y sin testigos engorrosos, el encuentro al fin se consumó. Tres partes, tres pilares que cierran un círculo y tres versiones con un mismo fin: el Racing Club Portuense.

Por un lado, Ignacio Corzo, presidente; por otro, Manuel Lores, ex mandatario, que acudió junto a su hija abogada, y por último, el concejal de Deportes Francisco Aguilar.

Sin titubeos y con un lenguaje diáfano, la mesa ya estaba montada para escenificar un acercamiento y donde sólo las circunstancias ajenas, impidieron su celebración días pasados. En el discurrir del tiempo, las directrices ya modeladas en mente, darían rienda suelta en pos de hacerlas realidad. Era cuestión de saber aguardar la ocasión, ésta se presentaría y se produciría. Y así fue.

El encuentro sirvió para planificar y plasmar un plan de intenciones, con la clara intención de focalizar un futuro proyecto que ha sido concienzudamente trazado, con la idea de encontrar una viabilidad en el futuro inmediato de la institución racinguista. Tan directo y tan compuesto a la vez.

Detalladamente, el propósito fue plasmándose uno a uno con claros objetivos de voluntades, con un programa de actuación claro y evidente. Varias y a cual más estructuradas y dispuestas. Cada parte fue interpretando el papel que desempeñaba.

PROYECTO AL DETALLE

La versión más esperada fue la interlocución del expresidente. Sin vacilaciones, fue desgranando una a una todas las pretensiones con una claridad y con una apuesta de actuación inminente.

Una posible vuelta de Lores al club traería consigo a unos “inversores”. Palabra ésta que se repitió una y otra vez durante su interlocución y que, de la mano de éstos, llevarían el peso en las supuestas construcciones.

Éstos se responsabilizarían del montante económico en el deseo de hacer realidad la construcción de un nuevo estadio, la creación de zonas de ocio y la edificación de un hotel junto al propio estadio. Éste con un césped de última generación y con unas gradas para unas 15.000 personas techado.

Dicho de otra manera, el proyecto inicial presentado años atrás, saldría de nuevo a escena y a tomar ése protagonismo perdido con el paso del tiempo. Precisamente, el césped podría, y para el hipotético caso de que se hiciera realidad la construcción del nuevo recinto, obligar, igualmente, a la edificación de una Ciudad Deportiva que complementaría los entrenamientos y así poder acoger la disputa de los partidos de los equipos canteranos.

Todo ello, para el caso de que la hierba se colocase de césped natural. Es otra más de las propuestas que se dejaron caer durante la cumbre.

Eso sería comenzar la historia por el final, como actuación inmediata y preferencial, Manuel Lores estaría dispuesto a condonar la deuda reconocida de

1.350.000 euros por el Juzgado. Esa muestra fue interpretada como una manera de allanar, más si cabe, un futuro entendimiento entre todas las partes.

Igualmente, también mostró su predisposición a zanjar el pasivo final que resultase de las negociaciones en la quita del Concurso de Acreedores. Al igual, el débito que arrastra la entidad en estos últimos años desde que Ignacio Corzo es presidente.

La vuelta de Lores al Racing no conllevaría la obligatoriedad de ser el nuevo presidente del club. Es más, las intenciones del empresario portuense no pasan, precisamente, por encabezar candidatura alguna en unas elecciones presidenciales.

Su papel, en esta segunda parte, no iría en tener una imagen preponderante, sino, todo lo contrario, mantenerse al margen y ceder el protagonismo para evitar centrar las miradas de unos y otros. En un segundo plano, comandaría un diseño en el que todos ya son conocedores en las intenciones de éste.

Tras lo expuesto, y dentro del marco de la legalidad, el proyecto está sobre la mesa a la espera de acontecimientos.

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