Llegó el nuevo año al José del Cuvillo y no trajo nada nuevo, mal juego, frío espantoso y una alarmante caída de espectadores en la tribuna rojiblanca.
En artículos anteriores, alabamos a Mere ya que el mérito del técnico porteño era mantener al equipo en posiciones altas de la tabla sin mimbres para tenerlo en tan noble posición, sin embargo el Racing va a peor en su juego. La nada más absoluta se ha instalado en el césped, y la afluencia de publico cae en picado. Esto significa que hasta los más fervorosos seguidores se empiezan a aburrir de este insulso fútbol.
Mere ha nadado hasta este momento en aguas tranquilas; la prensa local lo ha protegido, acunado y tratado como a ningún técnico en la historia del club, pero el equipo se le está cayendo, y él empieza a tener alguna contestación en ruedas de prensa fuera de tono.
Atacando a algún periodista porque pregunta el cambio de posición de un jugador y reincidiendo en Radio Puerto sacando los pies del tiesto dudando sobre si Antonio Valimaña tiene el título de periodista... una vez se puede errar, dos no. Ahí demuestra como mínimo nervios.
El pasado viernes el Antoniano nos ganó en todas las facetas del juego, demostró con un poco de orden en defensa la inoperancia ofensiva del Portuense. En ataque nos desbordaron por banda tomando la medida a nuestros laterales, les faltó el gol. Si lo llegan a tener, nos hubieran pintado la cara con un 0-2 tranquilamente. Y yo me hago preguntas.
¿Quién organiza el juego en nuestro once?. ¿Quién desborda por las bandas?. ¿Quién debe ayudar a la defensa en la salida de la pelota?. ¿Por qué no le da minutos importantes a Rafi Cruz?. Éste jugador de banda demostró en lo poco que jugó que puede aportar más, centró dos balones por banda que hicieron dudar a una defensa lebrijana que anduvo con oficio por El Puerto sin necesitar nada más.
Son preguntas, pero el invento se nos va. Quisiera ver al equipo y, sobre todo, al entrenador de la pretemporada. Algo falla y a veces hay que volver al principio para continuar. Mere empieza a ser H.H.