Los islamistas han ganado la batalla y conseguido que las niñas de 14 a 18 años recorran las calles tapadas con la chilaba que cubre el cuerpo desde los pies a la cabeza, sin necesidad de aprobar una ley que hubiera provocado críticas dentro y fuera de la franja palestina.
Pese a no haber ninguna directiva de las autoridades de Hamas al respecto, el día del domingo –cuando se inicio el curso escolar en Gaza– las jóvenes de secundaria se encontraron con directoras y profesoras apostadas a la entrada de los colegios para impedir el paso a quienes no fuesen vestidas con la “suficiente modestia”.
La directora de la escuela Bashir al-Rayes, en Gaza capital, inspeccionaba a las jóvenes en la verja del colegio y prohibía la entrada a las que iban ataviadas con el uniforme empleado hasta ahora (larga falda vaquera y camisa de manga larga azul celeste), incluso aunque se hubieran cubierto la cabeza con un velo.
Las niñas “deben vestir un traje que sea aceptable para la comunidad musulmana”, dijo la directora, que no quiso identificarse.
Ayer, la práctica totalidad de las alrededor de 50.000 niñas que acudieron a las escuelas públicas fueron a clase con la ropa que se les indicó: un yilbab de color azul marino y un velo blanco que cubre cabeza y cuello, y deja al descubierto únicamente el rostro.
El portavoz del Gobierno de Hamás en Gaza, Taher Al Nunu, negó ante los medios de comunicación que haya órdenes del movimiento islámico respecto a los trajes de las menores, y aseguró que “no hay ninguna decisión oficial para imponer su vestimenta”.
Sin embargo, la postura unificada de los colegios públicos no es del todo ajena a la voluntad de Hamas.