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Me queda la palabra

"Los Pacientes del Doctor García" de Almudena Grandes

Novela seria donde las haya, dinámica, sentida, solidaria, emotiva, entretenida, ágil, vibrante…

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“Los Pacientes del Doctor García” de Almudena Grandes
Quienes seguimos a Almudena Grandes esperábamos con avidez esta nueva entrega de la saga “Episodios de una Guerra Interminable”, que se ha hecho esperar tres años y medio. Es cierto que en este tiempo nos ofreció un pequeño consuelo con “Los Besos en el Pan”, pero, con todo el dolor de mi corazón, he de confesar que me resultó muy decepcionante.
En cambio, no diré en ningún momento nada parecido sobre la nueva novela de Almudena Grandes.
“Los Pacientes del Doctor García” es, como no podía ser de otra manera, otra espléndida novela que no desmerece de los méritos de las anteriores de la saga. La obra ofrece una prosa brillantísima, con un lenguaje muy preciso, que adorna con sensibilidad íntima y tierna cunando la emotividad lo exige, en tanto que se vuelve tensa, dura, enérgica, cuando las situaciones lo demandan, acompasando de manera milimétrica la técnica y el estilo al contenido de forma magistral. La narración, dueña de la obra, se expande generosa y necesaria, dotando a la trama de un profundo sentido realista, que ahonda en el estilo tan característico de la autora, que deriva el relato en historias, a veces paralelas, que convergen y divergen, tanto en el espacio como en el tiempo, incluso de sí mismas; todo ello, y gracias a su intensidad, sin dar posibilidad de perder la atención.
No recuerdo haberlo dicho, las novelas de la saga “Episodios de una Guerra Interminable”, cada una de ellas, daría para una buenísima película, digna de las mejores producciones; o también, ahora que están tan en boga, con todas ellas posibilita hacer una serie histórica, que bien realizada, no tendría nada que envidiar a las superproducciones de HBO o AMC.
Porque la historia de España es la verdadera protagonista de la serie, en esta obra no podría ser menos. Todo el soporte documental en que descansa es un auténtica lección de historia contemporánea española, especializada sobre los acontecimientos que trata. La información, amparada en el rigor, la precisión de los detalles, la profundidad en los análisis, muestra un respeto absoluto por las fuentes y ofrece una verosimilitud que le da mayor valor si cabe a la novela, muy de agradecer.
Tampoco voy a descubrir nada nuevo si reincido en sentir a Don Benito Pérez Galdós en las novelas de “Episodios”, ya lo señalé en el artículo referido a “Las Tres Bodas de Manolita”. En “Los Pacientes de Doctor García” la referencia es directa y el homenaje da mayor consistencia a uno de los momentos más entrañables de la obra, como es el descubrimiento mutuo entre padre e hijo, de una motividad arrolladora, donde los “Episodios Nacionales” adquieren función de nexo. Me reafirma que si hay alguien en el panorama literario nacional que pueda acercarse al maestro no es otra que ella, Almudena Grandes.
Antes de escribir este artículo releí mi anterior artículo sobre “Las Tres Bodas”, reafirmándome en esta cuanto de excelente glosé en el aquel momento. Lo obviaré para no repetirme, pero también.
Como siempre debe destacarse cuanto de especial se observa en una novela como esta, por esta razón no podía dejar ocultas escenas grandiosas que abordan temas de rabiosa actualidad desgraciadamente, como la historia de Simona; impactante todo el capítulo del fusilamiento de las mujeres y hombres del pueblo judío, en el campo de exterminio en Klooga (Estonia), donde la tan  tremenda realidad es tan curda y tan cruel que puede con las convicciones del soldado Heinrich Meyer, que le impide seguir más allá en aquella sinrazón asesina a cambio de sí mismo.
La novela, al tiempo que desgrana historias muy distintas, en épocas diferentes, permite vertebrarlas en el negro hilo conductor que es el incombustible eje de la novela, el nazi-fascismo que se manifiesta en sus múltiples versiones. Al igual que los temas o los distintos hilos de la narración, los valores toman protagonismo en el relato con una variedad y con un trato serio y respetuoso: son básicos, el amor que se nos aparece en varias facetas, el fracaso que rezuma amargura, tras el generoso sacrificio que no obtiene el fruto esperado; la decepción de tantos y tantas, ante la soñada respuesta de quienes podían darla y que hubiera sido esencial, para lograr esos sueños que devinieron imposibles; la impostura, imprescindible y continua, cínica y práctica, necesaria y positiva, en los cambios de nombres, en la doble y triple vida de los personajes. Todo ello conforma un pozo sin fondo que desborda calidad: Novela seria donde las haya, dinámica, sentida, solidaria, emotiva, entretenida, ágil, vibrante…  Eso sí, como las anteriores es una obra militante.
¡Qué mas decir! Que no se la pierdan. 

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