Estados Unidos, Israel, Alemania, Holanda, Polonia, Italia, Australia, Nueva Zelanda y Canadá, los nueve países que boicotearon la Conferencia, son los únicos que no se han sumado al texto final, que se adoptó ayer, el segundo día de la reunión, con el acuerdo del resto, incluido Irán, a pesar de que en el mismo se hace una mención especial al Holocausto judío.
“Me siento muy feliz. La adopción del documento es la culminación de largas deliberaciones”, dijo la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navy Pillay, en conferencia de prensa.
Pillay destacó el hecho de que el documento se adoptara sin ningún cambio en el borrador de proyecto que había sido acordado el pasado viernes después de arduas negociaciones y tira y aflojas entre los países islámicos y los occidentales.
Finalmente, fueron los primeros quienes cedieron en sus principales pretensiones, entre ellas la de incluir la “difamación de religiones” entre las formas de racismo, un aspecto rechazado de pleno por los occidentales en aras de defender la libertad de expresión.
Ayer Pillay quiso dejar claro este extremo cuando destacó que el texto no contiene ninguna referencia a ese asunto, y también negó que algún país –y en concreto citó a Irán en respuesta a la pregunta de un periodista– hubiera intentando reabrir ayer el texto para su aprobación.
Y ello a pesar de que el párrafo 66 del documento recuerda que “el Holocausto nunca debe ser olvidado, y en ese contexto se insta a los Estados miembros a que cumplan las resoluciones 60/7 y 61/255 de la Asamblea General”.
En ese aspecto, el servicio de información de Naciones Unidas emitió ayer una rectificación acerca de la referencia que hizo el lunes al Holocausto el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, en el discurso que pronunció y que provocó la indignación de Israel, los europeos y el propio secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y Pillay.
Según la nueva versión, Ahmadineyad no pronunció la frase que figuraba en la copia del discurso proporcionada por la Embajada de Irán, “la cuestión ambigua y dudosa del Holocausto”, sino que dijo que “después de la Segunda Guerra Mundial, bajo pretexto del sufrimiento de los judíos y abusando de la cuestión del Holocausto...”.
El discurso del presidente iraní había provocado la salida coordinada de la sala de los embajadores europeos, pero ayer, los países de la Unión Europea (UE) que participan en la Conferencia (todos excepto cuatro) se sumaron sin objeciones al texto.
La alta comisionada negó en la jornada de ayer que la aprobación del documento oficial al segundo día de sesiones se hubiera debido al temor de que se produjeran nuevas deserciones después del escándalo creado por la intervención fuertemente antiisraelí de Ahmadineyad, pues la República Checa decidió la noche del lunes abandonar el foro.
“No había ningún temor a nuevas retiradas. El documento se ha adoptado porque el comité encargado de ello acabó sus trabajos”, subrayó.