Tres años
Han transcurrido desde entonces más de tres años. Y aunque el nuevo gobierno municipal tranquilizó a la sufrida vecindad descartando la construcción del parking, es lo cierto que el deterioro de la plaza sigue en progreso. Es, con mucho, en este momento, la más deslucida y abandonada de la ciudad. Resulta notable la paciencia y tolerancia de los vecinos, que a estas alturas aún no han promovido una protesta formal en pro de su adecentamiento.
Pero, hete aquí que recientemente nuestras autoridades municipales se han puesto en marcha, y al calor de la inminente remodelación de la Estación de Autobuses, nos descubren sus decisiones al respecto. Y las noticias son buenas, a fe mía. El Ayuntamiento de Jaén devuelve a la ciudad el entorno de la Estación de Autobuses, el hotel Rey Fernando, el subsuelo de la Plaza Coca de la Piñera y el de la propia estación, resolviendo la deuda contraída con Olivencia por más de dos millones de euros. La alcaldesa explica que se va a recuperar el esplendor de antaño en este espacio urbano, y que “la pretensión de construir un aparcamiento fue un profundo error”, por el que el anterior equipo de gobierno municipal debería pedir disculpas. Gracias, señora Peñalver, pero no aspiramos a tanto. Nos conformamos con que la plaza reciba un trato similar al de otras varias que, con mayor o menor fortuna, han sido reformadas.
No me duelen prendas, y considero que en este problema la llegada del gobierno municipal actual ha sido providencial. Y, volviendo de nuevo al cuento de marras, nuestra Cenicienta, humilde pero en el fondo bella y merecedora de un mejor trato, está a punto de recuperar su zapatito de cristal. Lo de “a punto” es posible que sea pecar de optimista. Pero, en la vida y en estos tiempos que corren, si uno no tiene algo de ilusión, está muerto.