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España

Morenés rechaza que haya "ningún combate" entre Aznar y Rajoy

Insta a Bruselas a adoptar "una serie de medidas equilibradas que permitan a Europa tener una viabilidad política y económica"

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  • Morenés -

El ministro de Defensa, Pedro Morenés, ha rechazado este jueves que haya "ningún combate" entre el ex presidente José María Aznar y el actual presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, y ha defendido que ambos tienen "claro cuál es el interés general de España".

   "Yo creo que no existe ningún combate, sinceramente. Tanto Rajoy como Aznar tienen claro cuál es el interés general de España y lo han demostrado, uno cuando fue presidente y uno cuando lo está siendo", ha sostenido Morenés en una entrevista en Antena 3, recogida por Europa Press.

   Así, sobre si benefician a Rajoy esas críticas en público por parte de Aznar, ha indicado que el presidente del Gobierno tiene "muchas virtudes", pero en concreto "una extraordinaria que es la capacidad de escuchar todo, lo que gusta y lo que no gusta" y que ha hecho de ello "una manera de entender la política". "Yo creo que eso le ha ido muy bien", ha remachado.

   En relación con el hecho de que Aznar critique la falta de liderazgo de Rajoy, Morenés ha indicado que cuando se habla de ello, a su juicio, hay que recordar que el presidente "ha cogido España en uno de los peores momentos de su historia" y que "está haciendo lo que tiene que hacer contra viento y marea", al mismo tiempo en que está "aguantando unas críticas, que no ha aguantado ningún presidente del Gobierno" en la historia de España. "Zapatero tuvo las suyas, pero las tuvo en una situación no tan mala para España", ha destacado.

   "Creo que el presidente Rajoy con esa prudencia y esa manera de hacer las cosas que tiene está llevando el Gobierno de España y a España a una salida de una situación absolutamente crítica con su estilo. Prudencia, discreción, escuchar, trabajo, seriedad, profundidad en los análisis... todo eso", ha argumentado.

   Por otra parte, Morenés se ha referido al aumento de la desafección hacia la clase política y ha calificado de "injusto" el "juzgar a lo general por lo particular". Así, ha explicado que hay políticos y militares que pueden hacer las cosas "mal" no sólo en el ámbito "profesional", sino también en el "moral" y el "legal" de lo que, a su juicio, no está libre "ninguno", pero ha rechazado que de ahí "se deduzca" que todos son "iguales".

   Aunque el titular de la cartera de Defensa se ha mostrado "feliz" con su tarea como ministro, ha reconocido que la dedicación a la política tiene un "coste personal" y es una profesión "muy dura", al estar "permanentemente criticado".

LAS COSAS "TAMPOCO VAN BIEN" EN EUROPA

   Al ser preguntado sobre si certificó ayer Bruselas el fracaso de la política de austeridad, ha contestado que no y ha agregado que Bruselas "está cambiando su manera de entender lo que está pasando en Europa", porque, entre otras cosas, las cosas "tampoco van bien". "No hay alumnos buenos y alumnos malos. Hay problemas en todos los lados de Europa", ha recordado.

   Entonces, en su opinión, Bruselas "tiene que adoptar una serie de medidas equilibradas que permitan a Europa tener una viabilidad política y económica que ahora está puesta en tela de juicio, no solamente dentro de Europa, sino por los otros agentes económicos mundiales".

   En este sentido, ha dicho que los mercados se mueven a la velocidad de la luz a través de los sistemas de ordenadores y toda la información fluye de una manera que hace 20 años era impensable" por lo que "las medidas que se toman tiene que variar necesariamente". "Es verdad que eso va en contra de un proceso planificador o por lo menos estratégico de la economía. Yo creo que hay que aplicar al enfermo, que está grave, las recetas que en cada momento necesita", ha destacado.

   Por último, ha rechazado que se hable de Europa como si fuera Estados Unidos porque "no es lo mismo". "Europa es un conjunto de naciones que tienen una historia, unas economías, unos problemas, unas soberanías, unas maneras de entender esos problemas y que no siempre son fáciles de poner de acuerdo", ha recalcado.

   "El problema europeo es muy complejo. Tiene un origen absolutamente distinto de cualquier otra unidad política poderosa que haya en el mundo. Poner eso en pié es muy complicado. Si se consiguiese poner en pié, Europa lanzaría un mensaje al mundo que el mundo desconoce todavía, que es la unidad, de verdad, política de naciones que tienen historias totalmente distintas y hasta hace muy poco tiempo enfrentadas en temas bélicos", ha sentenciado.

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