El nuevo director de Ifeca nos habla sobre el presente y el futuro de la institución provincial, aunque en un momento de la entrevista también nos ha dejado su impresión, como gran conocedor del tema, sobre la finalización del acuerdo pesquero con Marruecos y que tanto daño está causando en la provincia.
—Tras 16 años como diputado del Partido Popular en el Congreso, regresa a la provincia como director de la Institución Ferial de Cádiz, Ifeca... ¿contento?
—Sí, la verdad es que sí. Contento y además muy ilusionado porque es un nuevo reto, una nueva faceta y una situación muy interesante para mí que me retrotrae a mi vida privada en la empresa, anterior a mi andadura política, y la verdad que estoy muy contento.
—Y es que el nuevo cargo le acerca de nuevo a un mundo como el comercial que usted ya conocía... ¿la experiencia siempre cuenta?
—Sí, pero más que la experiencia, creo que lo que más me puede ayudar en mi relación con los sectores de la provincia gaditana, desde los medios de comunicación, como los empresarios, sindicatos, comerciantes y toda la iniciativa privada. Creo que me esto me va a servir mucho y ya lo he notado, sobre todo en la relación con los medios que me tratan afortunadamente muy bien (risas).
—¿Cuándo y qué contestó cuando le plantearon la propuesta de dirigir Ifeca?
—Me dijeron que si quería este cargo y dije que sí evidentemente. Llevo 16 años en Madrid, dos años en Sevilla en el Parlamento Andaluz y creo que era el momento de realizar un cambio. Y bueno, estoy muy contento en general.
—¿Cuáles han sido los primeros movimientos que ha realizado desde que asumió el cargo?
—Precisamente fue llegar al cargo e inaugurarse Juvelandia, que es una de las actividades clásicas de Ifeca. Tuve que presentar Juvelandia, inaugurarla y relacionarme con todo el mundo. Eso sí, han sido unos días muy intensos, con jornadas que iban desde las nueve de la mañana hasta las nueve de la noche, pero que me han servido para entrar de lleno en esta nueva responsabilidad.
—¿Qué líneas de trabajo se ha marcado?
—Las líneas para mí son claras e importantes. La primera es la necesidad de ampliar el abanico de actividades porque no puede ser que apenas tengamos actos entre enero y febrero, y entre julio y agosto. Aquello son unas instalaciones muy grandes que cuentan con una plantilla fija, y por ello debemos darle contenido. Obviamente las administraciones públicas están recortando gastos, pero quieren que se presten servicios pero no con déficit, sino que sean autosuficientes. Y para lograrlo, tenemos claro que para cumplir tenemos que aumentar la actividad. Este martes, por ejemplo, tengo una reunión para una feria sobre motos que complementen el resto de actividades como la de coches, Equisur, Fegasur, Bodasur, manga, el oulet, etc.
—¿Cómo se ha encontrado la Institución?
—Me he llevado dos impactos. Uno de ellos muy positivo y tengo que decirlo... el personal que me he encontrado está muy implicado en el proyecto, tanto el personal de Administración como el de mantenimiento. Y por otro lado, me he encontrado aquello un poquito abandonado, en el sentido que se trata de un edificio vetusto, muy grande y difícil de mantener que requiere unas consignaciones presupuestarias que presumiblemente no han tenido, y con esto no estoy criticando a nadie. En este sentido, el presidente de la Diputación (José Loaiza), ente del que depende Ifeca, lo dijo muy claro: quiere que se presten servicios pero que no sean deficitarios, y que no se haga del mismo una utilización partidista. Queremos que sea un escaparate, un mostrador de nuestros productos, para poner en contacto al productor y al cliente, queremos ser unos intermediarios desinteresados cuyo objetivo es facilitar que productos nuestros tengan un lugar donde mostrarlos, enseñarlos a un público que pueda probarlos, degustarlos, facilitando las relaciones comerciales entre ambos. Hay dos sistemas para obtener modelos de actividad: uno en el que nosotros nos ocupamos de todo, como es el caso de Juvelandia, y otro es que las instalaciones se ponen a disposición de quienes deseen alquilarlas y hacer uso de ellas, así como de nuestros servicios. Pues bueno, mi idea es que podamos atraer ferias especializadas, como el tema de las franquicias, que no van a servir para el gaditano de la zona porque no serán abiertas al público, pero sí permitirán que llegue mucha gente de fuera que llene nuestros hoteles y restaurantes y que comprará en nuestros comercios. Ello conllevaría una generación económica importante mientras que Ifeca cobraría por el uso de las instalaciones y por el montaje...
—La meta sería...
—La meta sería el Sicab (Salón Internacional del Caballo de Pura Raza Española) de Sevilla, que en un principio tuvo como excusa el caballo y hoy en día es un acontecimiento social que supera el caballo y a lo que pongan allí. Acude gente de toda España y en Sevilla, esos días, no hay quien encuentre hotel o restaurante. Claro que este objetivo no es cercano, ni fácil, pero es un espejo en el que mirarse.
—¿Variará mucho la gestión que tiene en mente que la que se ha efectuado hasta ahora?
—No es que variará mucho, lo que creo que hay que hacerla más intensa y durante todos los meses del año. Tenemos capacidad para mucho más, y ese es nuestro reto.
—¿Se ha visto Ifeca afectada por los recortes debido a la actual situación económica?
—Sí, como todo el mundo, pero le aseguro que no le tengo miedo a estos recortes porque estoy convencido que contamos con el suficiente potencial y recursos como para generar beneficios.
—¿Qué ferias y actos tendrán prioridad ?
—Prioridad todas, aunque habrá algunas con fechas concretas y otras se podrán negociar. La cuestión es que al día siguiente de concluir Juvelandia, no quedaba nada, ni de la feria en sí, de las atracciones, ni quioscos, se despejó enseguida. Es decir, a los dos días se podía haber organizado otra feria en el caso que la hubiera. Entonces, hay que estar muy encima, conocer el sector, y establecer relaciones... es un reto en el que me veo con muchas posibilidades de cumplir por el hecho de tener muchas puertas abiertas. Tanto con el Gobierno anterior como con el actual mantengo buenas relaciones, lo que facilita el acercamiento y las relaciones.
—¿Qué ocurrirá con el futuro Palacio de Congresos de Jerez que se pretende instalar en los terrenos del Palacio de Exposiciones de Ifeca?
—Es un objetivo a medio plazo, pero antes quería hacer una prueba de lo que podría ser. Ifeca es un consorcio público-privado del que forman parte la Diputación Provincial, los ayuntamientos de Jerez y Los Barrios, las cámaras de comercio de la provincia y las asociaciones de empresarios. Y lo que no podemos es hacer la competencia a los hoteles y sus congresos. La idea que tengo es que donde no llegue la iniciativa privada, allí estemos nosotros y ofrecérsela. Si en Jerez, en El Puerto o en San Fernando, o en cualquier lugar de la provincia, no hay un salón para una convención a partir de 500 personas, nosotros podemos ayudar, pero no tendría sentido hacerle la competencia a los hoteles que pueden acoger 200 o 300 asistentes. El edificio no tendría que construirse, habría que remodelar paredes y techos, entonces ahí podríamos hacer un Palacio de Convenciones, mejor que de Congresos, que sería además modulado en función de las necesidades del acto. No necesita una gran inversión como un Palacio de Congresos, y sí sería factible para darle a la provincia de Cádiz de unas instalaciones de las que hoy carece y además con poca inversión.
—¿Dará continuidad a la Feria Gastronómica del Atún Rojo que se celebra en Barbate?
—Sí, pero probablemente habrá que efectuar cambios porque los resultados económicos fueron nefastos desde el punto de vista de Ifeca y habrá que modificarlo. Se trata de que seamos unos intermediarios desinteresados pero no financiar a unos señores que tienen un sector que les interesa potenciar, y lógicamente que tendrán que colaborar para que aquello no sea un desastre económico como sucedió en la última edición.
—Según parece, la intención no es recortar el número de feria y eventos, sino que es aumentarlo...
—Claro, es que con más actos también aumentan los ingresos, lo que permitirá que algunas no sean rentables, no quiero que todas sean rentables, pero no con la intensidad de la feria del atún. No puedes llegar y dar el pelotazo, eso está claro, hay que dejar que madure, pero la idea sigue siendo que como mínimo se de el equilibrio presupuestario.
—¿Ifeca es deficitaria?
—Ahora mismo sí.
—¿Y es posible que deje de serlo?
—Claro, ese es un objetivo. Es obligatorio que no sea deficitaria, precisamente evitando esos desfases.
—Queremos abusar de su confianza y preguntarle, como ex portavoz del PP en asuntos de Pesca, qué opinión le merece lo ocurrido con la prórroga del acuerdo de Pesca entre la Unión Europa y Marruecos.
—Lo primero que quiero decir es que como no estoy en la vida política en activo, yo podría hablarle de lo que he visto y he vivido, pero no del futuro porque hay compañeros que llevan este tema. Pero claro que tengo una idea de lo que ha sucedido. Y es que es lamentable que el anterior Gobierno no haya sabido defender la continuidad del acuerdo pesquero con Marruecos. Este acuerdo los socialistas lo consideran con suyo, tras años criticando al PP por no renovar el del año de 1.999 ante las exigencias de Marruecos. Entonces, en 2007 los socialistas aceptaron las condiciones que imponía Marruecos y fue más un acuerdo político que benefició al Gobierno del PSOE y no al sector, y a las pruebas me remito. Nosotros dijimos que no era un buen acuerdo a causa de los famosos ‘flecos’ pendientes y a que el ancho del embudo era para Marruecos. Además, dijimos que no estaba garantiza la rentabilidad de la pesca, y desgraciadamente el tiempo volvió a darnos la razón. Y ahora, si no se renueva, posiblemente vuelvan a culpar al PP pero el sector sabe quién ha sido el culpable. No en vano, a finales de agosto, la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo ya era contraria a la prórroga del acuerdo y a sus escasas ventajas. Incluso Carmen Fraga, que es por cierto la única valedora de que ahora pueda suscribirse un nuevo acuerdo porque puso una cláusula que da pie a ello, dijo que era el informe más negativo que había visto en su vida. Hablamos de agosto de 2011, y en septiembre, el eurodiputado finlandés advirtió a los pescadores para que se fueran preparando por si no se podía volver a pescar en aguas Marruecos, desaconsejando a la Eurocámara la prórroga del mismo. Por eso no entiendo la sorpresa del Gobierno, cuando todo el mundo que estaba en el ajo sabía que podía ocurrir, todos menos el Gobierno, que no se pronunció hasta diciembre, cuando la ministra salió rasgándose las vestiduras por lo ocurrido en Bruselas, demostrando su incompetencia y su desconocimiento, porque lo lógico era actuar de forma previa. Y tengo que decir también que la izquierda europea y la española no quieren el acuerdo por motivos políticos, por eso creo que IU a los pescadores les dice una cosa y a los ecologistas la contraria, para luego actuar dando estas puñaladas por la espalda.
—¿Usted ya se imaginaba lo que iba a ocurrir?
—En marzo de 2011 presenté una proposición no de ley para equiparar nuestra flota a la de Marruecos, es decir, pescar en las mismas zonas y las mismas especies, que es lo que solicita el sector. También pedí que se aprovechara el año de prórroga para realizar estudios sobre aquellos recursos con nuestros buques oceanográficos. La propuesta no fue aprobada.
—¿Y ahora qué?
—El problema actual es que se ha perdido un año de prórroga sin que el Gobierno pidiera formalmente a la UE el inicio de una nueva negociación con Marruecos. Nos hemos pasado el año sin hacer nada, se tendría que haber iniciado al menos las negociaciones. Y ahora ni pueden pescar en Marruecos, ni en nuestro caladero por la parada biológica, y además tienen pagadas las licencias de enero.
—¿Cuál sería la solución?
—Pues buscar ayudas, la solución está en la Junta de Andalucía, que debería trasvasar partidas de la ficha financiera no agotadas, con la autorización de la UE, a lo que se sumaría la aportación del Gobierno Central. Y a la consejera, Clara Aguilera, le pediría que hiciera algo, no salir siempre exigiendo a la UE y al Gobierno Central, como si ella no tuviera nada que ofrecer. Ahora tiene en sus manos la solución modificando la ficha financiera. Mientras que el nuevo ministro Arias Cañete ya ha pedido una reunión con la comisaria europea, y tiene en mente la renovación del acuerdo por un lado, y las medidas compensatorias por otro. Yo estoy convencido de que habrá un nuevo acuerdo que dependerá de si Marruecos acepta las rebajas previsibles que pueda pedir la UE, y de si el sector acepta las zonas y las condiciones de pesca.