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El Condado

Un viñedo onubense recupera la poda con burros, usada hace 2.000 años

Este método reduce la cantidad de la producción pero en cambio aumenta enormemente la calidad del mosto resultante alcanzando una media de 13 grados

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Un viñedo onubense recupera la poda con burros, usada hace 2.000 años

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Un viñedo onubense recupera la poda con burros, usada hace 2.000 años

Un viñedo onubense recupera la poda con burros, usada hace 2.000 años

Un viñedo onubense recupera la poda con burros, usada hace 2.000 años

La Asociación El Burrito Feliz y el Santuario Animal Wendy Clements, localizado en Chucena, han posibilitado la recuperación de la poda con burros en viñedos, una práctica cuyos beneficios fueron recogidos hace más de 2.000 años por el historiador y naturalista romano Plinio El Viejo.

Lo han hecho gracias a la labor del presidente de la asociación, Luis Manuel Bejarano, un aventurero y promotor de actividades turísticas andaluz que desde pequeño escuchaba a los viejos agricultores repetir frases como "el primer podador fue un borrico" o "los burros enseñaron al hombre a podar las viñas".

Aquellas expresiones, ha informado la asociación en un comunicado, quedaron grabadas en su curiosidad infantil y muchos años después, Bejarano ha puesto en marcha una experiencia de poda ancestral en un viñedo ecológico situado en el Santuario Animal "Wendy Clements" de Huelva, en el entorno de Doñana.

Lo primero que hizo este emprendedor fue iniciar un estudio detallado en la historia de asnos, hombres y viñedos. De esta forma encontró referencias a la temática en escritos del escritor y estudioso de la naturaleza Plinio El Viejo.

Bejarano se desplazó a Pompeya (Italia) para obtener información de especialistas y guías de la zona y, pudo confirmar que, efectivamente, lo que Plinio El Viejo alegaba en sus escritos coincidía con la realidad: los romanos conocían la utilidad de los asnos en la poda de los viñedos.

Ahora, más de dos mil años después, en una explotación agrícola del sur de España, sus teorías se están poniendo en práctica de forma exitosa.

  Más calidad

Los burros se comen los sarmientos en una poda temprana que comienza muy pronto; la mayoría de las yemas, que son las que posteriormente dan lugar a los brotes, son respetadas durante la ingesta de los sarmientos con lo cual la viña queda podada pero con un gran número de brotes.

Este método reduce la cantidad de la producción pero en cambio aumenta enormemente, según se ha comprobado, la calidad del mosto resultante, alcanzando una media de 13 grados, un registro que supera la media de lo obtenido en los viñedos colindantes.

El ahorro en los costes de la poda consigue reducir enormemente los gastos de gestión de la viña, un aspecto importante en una zona vinícola como la del Condado de Huelva que en los dos últimos años está sufriendo el arranque y abandono masivo de viñedos por su absoluta falta de rentabilidad.

Experiencia turística

Los burritos podadores están generando visitas turísticas y los asistentes, europeos principalmente, pueden disfrutar de una jornada consistente en interactuación con los burritos en el viñedo y también practican la recogida de uvas ecológicas que, por su ausencia total de glifosatos y pesticidas, permiten su consumo directo sin lavarlas.

Además, conocen la historia de Plinio y sus escritos de naturaleza, para finalizar con una degustación, en copa fría, de mosto elaborado en la Cooperativa Vinícola del pueblo de Manzanilla.

A modo de mesa, las copas son servidas sobre enormes monolitos que servían de señalización a la calzada romana que, por casualidad y suerte, se encuentran en el mismo viñedo donde se lleva a cabo la experiencia..

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