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El alga asiática, la "ruina" de los pescadores andaluces

Desde Huelva hasta Almería, pasando por Cádiz, Málaga y Granada, los barcos de pesca de artes menores se enfrentan desde hace unos años a la presencia del alga

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  • Miguel Blanco retira las redes llenas de alga. -

La expansión del alga asiática en la costa española va camino de convertirse en la "ruina" de los pescadores artesanales de Andalucía, que a diario ven cómo disminuyen las capturas mientras sus redes recogen miles de kilos de esta especie exótica, cuya presencia no hace más que aumentar, poniendo en jaque a un ya maltrecho sector.

Desde Huelva hasta Almería, pasando por Cádiz, Málaga y Granada, los barcos de pesca de artes menores se enfrentan desde hace unos años a la presencia del alga Rugulopteryx okamurae, que ha colonizado buena parte del litoral del país, especialmente el Mediterráneo, provocando la desesperación de un sector que ha visto caer en picado su facturación y que no atisba una solución a esta creciente problemática.

"La situación es deprimente. Es una ruina lo que tenemos aquí y no somos capaces de levantar cabeza", explica a EFE Andrés Maestre, patrón del 'Con alma', una de las tres únicas embarcaciones artesanales que siguen saliendo a faenar en Marbella (Málaga), pese a que cada vez llegan a puerto con menos pescado y los gastos son crecientes.

"Aquí no se gana ni un duro", afirman los pescadores, que aseguran que el problema va cada vez a peor y se está volviendo insostenible, con una caída de las capturas de entre el 70 y el 90 %.

Un problema que va a peor

"Yo hoy he cogido cuatro kilos de pescado y eso no cubre nada", lamenta a EFE el también patrón Antonio Aro nada más desembarcar en Marbella tras varias horas de faena. 

El alga asiática, comenta, no es como la autóctona, que había principalmente en verano, pero en invierno desaparecía, sino que "está todo el año".

"La situación es malísima para las artes menores, estamos invadidos", apunta este pescador, que asegura que esta especie "afecta a toda la costa y cada vez hay más", sobre todo desde la pandemia, hace unos cuatro años.

Uno de los principales problemas que ocasionan las algas es que se enganchan en las redes, originando una especie de pared que impide la entrada de peces y las arrastran hasta el fondo, y acaban destrozándolas. 

"La red que llevo yo a bordo no tiene ni un mes y ya la tengo que cambiar", agrega Andrés Maestre. En su barco levantan los aparejos más a menudo de lo normal para ir limpiándolos de algas o "hierbas", como los pescadores las llaman.

Cada día recogen "miles y miles de kilos de algas, es imposible de calcular", y las vuelven a echar al mar porque si no la embarcación no podría con tanto peso. "Nosotros hemos llegado a coger el peso del barco en algas", subraya Maestre.

Amenaza para peces y marisco

Los pescadores malagueños han tenido que buscar nuevos sitios donde faenar para intentar sortear las algas, pero es misión imposible: están por todos lados y se mueven mucho por las mareas y las fuertes corrientes de la zona, señala a EFE Miguel Blanco, patrón del 'Mi Suleyka'.

"El alga asiática tiene todos los fondos infectados. Con la red no se puede pescar. A lo mejor se pueden pescar atunes, pero a todos los barcos no les dan licencia para hacerlo", expone Blanco.

Este pescador alerta, además, de que las algas han "enfermado" a los peces, que pesan menos de lo normal, y "se están cargando el marisco", ya que las "hierbas" tapan el fondo marino y los moluscos, como la concha fina, no pueden respirar. 

Lo peor, aseguran los patrones malagueños, es que no existe una solución para erradicar este alga invasora, que amenaza con destruir por completo el sector de la pesca artesanal en Andalucía.

 A ello se suma el mal estado en que se encuentra el puerto de Marbella, con falta de luz por la noche y unas instalaciones en estado de abandono y sin acceso a agua dulce que hace su labor aún más difícil, según denuncian los pescadores.

Misma situación en Cádiz

La situación del alga asiática es igual de preocupante en Cádiz, donde los pescadores de Barbate o Conil de la Frontera hace tiempo que reclaman la ayuda de las administraciones para hacer frente a esta "grave problemática". 

Ante la presencia de esta especie, los barcos de pesca de Barbate se desplazan hacia Conil en busca de algún espacio donde faenar, pues han perdido el 95 % de su zona habitual. 

Debido a ello, el sector en Conil ha visto menguado su espacio habitual de pesca, que en cinco años ha pasado a reducirse un 70 %, y este sobreesfuerzo pesquero "más pronto que tarde pasará factura", advierte el sector.

Aseguran los pescadores gaditanos que el alga asiática no solo destroza las artes de pesca de enmalle o palangre, sino que además ha transformado el ecosistema de tal manera que se ha producido un desplazamiento de especies.

"Tan es así que la única especie que tenemos en estos momentos con fuerte presencia en las inmediaciones de nuestra zona es el atún rojo", indican, si bien recuerdan que esta situación no beneficia al sector artesanal, que tiene vetada la pesca de esta especie.

En busca de una solución

La presencia del alga asiática en la costa supone también un problema creciente para los ayuntamientos, que gastan grandes cantidades de dinero para retirar a diario las miles de toneladas que se acumulan en las playas, que en buena parte acaban utilizándose como abono de zonas verdes y jardines.

El problema es de tal magnitud que los científicos españoles se han puesto manos a la obra para investigar posibles usos del alga asiática. 

Han visto, por ejemplo, que pueden servir para fabricar envases para alimentos, ya que ayudan a conservar la temperatura del interior, y también ayudan a retener metales pesados que se encuentran en el mar, como el cadmio, el cromo, el arsénico o el mercurio, con lo que pueden ser útiles en el desarrollo de membranas para filtrar el agua contaminada.

El objetivo final de estos y otros estudios es lograr que el alga asiática deje de ser una amenaza para convertirse en una oportunidad para sectores de gran peso en la economía, como el agroalimentario.

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