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Costa Occidental

Ayuntamiento de Aljaraque desahucia al final a la familia que regentaba el Cangreburguer

La familia afirma que la decisión “deja sin trabajo a una familia con dos niños” ya que este negocio ha sido “nuestro trabajo y el sustento de nuestra casa"

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Momento del desahucio

Momento del desahucio

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Momento del desahucio

Tras 12 años al frente de su negocio, un quiosco habilitado como hamburguesería en Aljaraque, y “sin fallar ni un día”, según la familia que lo regentaba, este lunes se ha hecho realidad su peor pesadilla y el Ayuntamiento de dicha localidad, que dirige el popular David Toscano, ha ejecutado finalmente el desahucio anunciado desde hace ya más de un año.

Según explica la familia, que ha tenido que ver como se personaban en el establecimiento durante la mañana de este lunes agentes de la Policía Local y de la Guardia Civil para proceder a un desahucio, que “deja sin trabajo a una familia con dos niños”, este negocio ha sido hasta ahora “mi trabajo y el sustento de mi casa y de mi familia”. Un negocio, prosigue, “construido y montado por mi familia”, del que “le damos paso a la nueva propietaria, la cual tenemos conocimiento que tiene su trabajo fijo y que no explotará el quiosco como, veníamos haciendo nosotros durante estos pasados 12 años”, por lo que “terminamos quedándonos sin trabajo”.

“Pero esto es así -añade-, y el Ayuntamiento pone las condiciones, y las nuevas para renovar la concesión fueron que quien más pujase se lo quedaba, aunque hubiese sido solo por un euro de diferencia”. En este sentido subraya que a la nueva concesionaria “le ha salido rentable, ya que se lo va a encontrar todo hecho y construido por mi familia,  solo tienen que meter las máquinas y empezar a vender: 10 años de concesión sin invertir nada en la construcción de dicho negocio, que le será rentable con el mínimo esfuerzo”.

“Esperemos -añade- que el  Ayuntamiento no permita el traspaso de esta concesión, que nos ha hecho perder nuestro negocio, y así se llenen los bolsillos a consta de nuestro esfuerzo y sudor para levantar y construir nuestra ilusión, nuestro negocio”.

Por todo ello, la familia incide en que están siendo “días complicados”, ya que “nos vemos obligados a poner fin a nuestro negocio, a nuestro proyecto de vida, porque el Ayuntamiento de Aljaraque nos echa”.

El pasado jueves la familia recibió un “jarro de agua fría”: una carta en la que les daban tres días para abandonar el quiosco: “el Ayuntamiento pidió auxilio al Juez para ello, y aunque hemos pedido al Ayuntamiento unos días más para poder recoger todo, nuestro alcalde no lo ha consentido”, subraya.

“Nos echan -prosigue la familia- aunque los procedimientos judiciales contra el Ayuntamiento de Aljaraque por el procedimiento siguen su trámite, para ver la legalidad de éste, y seguiremos luchando hasta el final”.

La familia también ha querido recordar que la última adjudicación “se basó, principalmente, en la mayor puja: quién más puede pagar -quién menos lo necesita-, se queda con un quiosco público, y con la obra que realizamos en él”.

“No podemos despedirnos -concluye la familia- sin daros las gracias de todo corazón por el cariño y el calor recibido estos años, y por el apoyo y los ánimos que nos habéis dado durante estos duros meses de lucha contra quienes se empeñaron en quitarnos nuestro quiosco, y que finalmente lo han logrado”.

Justo hace ahora un año, en marzo de 2022, el desalojo notificado unos días antes por el Ayuntamiento de Aljaraque a esta familia quedó paralizado tras la decisión de un juez de paralizarlo de forma cautelar.

Esta redacción fue entonces testigo del momento en que dicha familia aljaraqueña recibía por parte de su abogado la buena noticia de la decisión de dicho juez.

Entonces, la familia afectada, así como numerosos familiares, amigos y vecinos de Aljaraque, llevaba ya varios meses pidiendo al alcalde de dicha localidad, David Toscano (PP), que “suspendiera” el desahucio que pesaba sobre la familia que regentaba el burguer Cangreburguer, el cual se encontraba instalado en un local de propiedad municipal (quiosco) ubicado en la Calle Santander del núcleo urbano aljaraqueño.

El desalojo se debía producir entonces después de que el Ayuntamiento decidiese dejar de conceder la cesión de este quiosco a su actual ocupante, Bella Díaz Flores, que llevaba más de diez años al frente de este pequeño negocio, y que suponía su único medio de vida.

En un pleno de entonces, los concejales del PP, encabezados por el alcalde, los de Ciudadanos, con María Ponce al frente, y el exconcejal de Vox, votaron a favor de echar a esta familia de dicho quiosco, tras completarse un nuevo proceso de cesión de cinco quioscos municipales, en el que la familia afectada no pudo asumir el incremento del coste de la nueva concesión del mismo.

Y es que, según la familia, en el proceso de nueva concesión prácticamente solo se  tuvieron en cuenta criterios económicos (con un valor del 70% del total), así como no se incluyeron otras valoraciones de carácter social que habrían servido para que esta familia pudiese mantener su hamburguesería abierta.

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