Para Enrique pocas cosas han cambiado de su etapa anterior a las órdenes de Espárrago: “Los métodos son los que ya conozco. No ha cambiado casi nada”. Para él no será complicado y ayudará a que el acople sea “lo más pronto posible”.
La intensidad en el entrenamiento matinal de ayer en las instalaciones de El Rosal, con el tradicional partidillo de los jueves del charrúa, ha vuelto a la plantilla. Para el extremeño “es algo normal cuando llega un entrenador nuevo. De eso no va a faltar. Pasa en todos los equipos del mundo”.
Siempre se presumen cambios con la llegada de un nuevo técnico, aunque Enrique, como jugador de banda, cree que ocupa “una de las posiciones que menos cambia de un entrenador a otro. A un jugador de banda siempre se le pide que llegue, centre y que en la medida de lo posible remate”, comenta el extremo.
Con respecto al partido de Liga de mañana en el estadio Ramón Carranza ante el conjunto de Antonio Calderón, el extremeño tiene claro que “sería un golpe moral ganar al Huesca y cogerlos. De perder, sería una situación muy complicada”.
Con los oscenses regresará Antonio Calderón, quien fuera entrenador de la cantera amarilla y del primer equipo. Para Enrique, que lo tuvo como técnico hace dos temporadas, el ahora preparador rival no albergará una intención que vaya “más allá de ganar los tres puntos. Es un hombre sensato y no vendrá con ánimos de revancha”, concluyó.