La selección española venció con tantos de Santi Cazorla y Juanfran Torres en un amistoso convertido en fiesta en Malabo, con Guinea Ecuatorial tuteando por momentos a la referencia mundial y superando el umbral de la dureza permitido para desactivar a la Roja (1-2).
En un amistoso manchado por la política y la polémica que rodeó la visita a un país con régimen dictatorial de Teodoro Obiang, el fútbol se acabó imponiendo en un día de fiesta para la historia de un país que mostró su amor por el deporte rey. Jamás olvidarán los aficionados de Guinea Ecuatorial que marcaron un tanto a la selección campeona del mundo y Europa.
El testarazo de Jimmy Bermúdez, rematando a placer un saque de esquina, fue celebrado como si fuese el tanto que da un título. Mostró la importancia que tenía la visita de España, tan superior técnicamente que sólo en la relajación defensiva concedió ocasiones a su rival.
Vicente del Bosque apostó por los menos habituales para rendir homenaje a los jugadores campeones del mundo el martes en el regreso al Soccer City de Johannesburgo. No forzó a Javi Martínez, con un golpe en la rodilla. Permitió el regreso de Xabi Alonso ocho meses después que acabó con susto. Cuando tomaba el mando de un juego más vertical sin Xavi Hernandez y Andrés Iniesta, asociándose a la perfección con Koke Resurrección que juega como pocos de primeras, llegó una entrada inoportuna que lo lesionó.
En un partido limpio y con ritmo de amistoso, Fidjeu se empleó tan a fondo que acabó recibiendo los reproches de todos. Dejó tres entradas duras a Íñigo Martínez, Alberto Moreno y la que lesionó a Xabi Alonso. Busquets ocupó su hueco cuando España ya ganaba.
Salió con intención de exhibir su fútbol pero la dureza del rival hizo pensar en el carácter del partido. El ímpetu de Jesús Navas comenzó a desequilibrar y generar peligro. Guinea Ecuatorial fue valiente. Andoni Goikoetxea puede estar orgulloso. A diferencia de rivales que se ha encontrado España en su camino al Mundial, no se encontró un rival que se encerrase en su terreno. Fue valiente y provocó la diversión de sus aficionados.
La parada con la que comenzó Danilo, volando a un balón picado de Navas, la tiró por tierra con un fallo garrafal a los trece minutos. El centro de Mata se le escapó de los guantes y Cazorla aprovechó el regalo para marcar a placer.
No iba a ser un paseo de España. Marc Bartra, que debutaba, mostró su velocidad saliendo al corte a la velocidad de Balboa, el futbolista más brillante de Guinea, que encontró en Bolado un buen socio para acabar las jugadas. Muchos no creían lo que veían cuando un pase atrás desde la derecha, lo chutó rozando el travesaño. Fue el aviso al tanto del empate.
Perdonaron Navas y Negredo ocasiones antes de que las entradas de Fidjou provocasen que muchos españoles se pensasen ir a tope en cada acción. El primer objetivo de estos partidos es que no aparezcan lesiones y tras pedir el cambio cojeando Xabi Alonso, España levantó el pie. Más aún cuando un nuevo rechace de Danilo, lo aprovechaba Juanfran para fusilar con la izquierda un tanto que le asienta como internacional tras meses en el ostracismo.
Nada cambió en la reanudación. La entrada de Fernando Llorente no aumentó la pegada. Perdonó dos ocasiones de gol y España mató el ritmo del partido ante el ímpetu de su rival. En una segunda parte para el olvido, Andrés Iniesta levantó al público local cuando apareció en el partido.
Los continuos cambios fueron quitando la poca brillantez que tuvo el duelo. Algún intento sin puntería de Guinea Ecuatorial provocó algo de emoción hasta el final cuando Dio lo intentó con un disparo que no encontró puerta. Llegó el homenaje a Bodipo en su último día como internacional en un día de fiesta de una humilde selección que cumplió el sueño de jugar y dar la talla ante la selección campeona del mundo y Europa.