No es cuestión de tirarse piedras sobre el propio tejado, y menos aún cuando la situación profesional de este ingrato gremio está como está. Pero, por encima de todo improperio o vuelco ante la información siempre debe imperar la moralidad y lealtad sobre la verdad.
Lo que muchos pudimos leer tras la jornada copera en el Vicente Calderón alcanza la triste desinformación que tanto mal hace a esta profesión. Falla a nuestros principios y a la regla fundamental de contrastar las noticias. Mas que buscar la veracidad apunta a pretensiones maliciosas y fuera de lugar.
Cánticos durante el partido con la mofa de la trágica noche en el Madrid Arena como protagonista. Así dictaba el informe de un reputado diario nacional. Una tirada que recorría los cuatro costados de este país para manchar y maltratar el nombre centenario del sevillismo. Informadores, con nombres y apellidos, empecinados en apuntar al sur, llámese Sevilla, Betis, Recre o Almería, por el simple hecho de ser andaluces. Pero, en el haber de los profesionales que desean dedicarse dignamente a esta hermosísima labor de informar no debe cesar una lucha ya permanente para erradicar a ese ‘periodismo’ intoxicado.
“No ha existido ningún cántico sobre el Madrid Arena. En honor a la verdad, la aficion sevillista se comportó de forma ejemplar”, dictaminaba Enrique Cerezo. Oigan, el mismísimo presidente colchonero. Son ganas de molestar. Y sí, me atrevo a decirlo así de claro porque yo también estuve en las gradas del Calderón. ¿Había necesidad?
