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El Espanyol también aprovechó la debilidad del Zaragoza en La Romareda

La historia se volvió a repetir con un equipo visitante que tiene que hacer muy poco para arañar algo de La Romareda y un conjunto aragonés que desde el parón navideño se desinfla poco a poco

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El Espanyol también aprovechó la debilidad que está mostrando esta temporada el Real Zaragoza en su estadio para sacar tajada y llevarse un punto de un campo que se les atraganta a sus propietarios, ya que de diez que ha disputado ha perdido seis y empatado uno.

La historia se volvió a repetir con un equipo visitante que tiene que hacer muy poco para arañar algo de La Romareda y un conjunto aragonés que desde el parón navideño se desinfla poco a poco, da una preocupante imagen y es incapaz de mostrar el nivel, de juego y físico, del final del pasado año.

Por contra, al equipo entrenado por el exzaragocista Javier Aguirre el punto le sirve para continuar con su reacción que le ha permitido salir de los puestos de descenso desde su llegada.

Con los precedentes de encuentros anteriores, y visto cómo se desarrolló el encuentro, parecía claro que el empate inicial solo se podría deshacer por un error claro de cualquiera de los contendientes, por un acierto a balón parado o por una genialidad de algún jugador, algo que no se dio.

El conjunto catalán, sabedor de los problemas que tiene el Real Zaragoza para llevar el peso de los encuentros en su estadio tuvo suficiente con estar bien colocado y presionar bien para abortar cualquier oportunidad local, aunque tampoco el Espanyol tuvo ocasiones en una primera parte para olvidar.

Si hay un adjetivo para calificar los primeros 45 minutos sería el de tedio total y absoluto.

El equipo maño quería pero no podía, mientras que los "periquitos" daban la sensación de conformarse con el empate y esperar una ocasión clara para llevarse los tres puntos, conocedores del lamentable balance de su oponente en su estadio.

Si normalmente el equipo de Manolo Jiménez tiene problemas en La Romareda para llevar el peso del encuentro, en esta ocasión, sin Antonio Galdeano "Apoño" todavía se hacía más complicado abrir el sistema defensivo rival porque el elegido para sustituirle fue un mediocentro defensivo o central reconvertido como el húngaro Adam Pinter.

Esta situación permitió al equipo barcelonés vivir una plácida primera mitad en el aspecto defensivo, si bien tampoco se estiró en exceso como para inquietar con claridad la meta de los propietarios del terreno de juego.

El regreso al campo tras el descanso le dio otro aire al encuentro pues hubo más dinamismo y a poco de comenzar dos claras ocasiones, una para cada equipo, la primera con un remate de cabeza del uruguayo Christian Stuani que salvó con una gran parada Roberto y, apenas un minuto después, Víctor tocó ligeramente un balón botado en un córner, que de haber contactado bien hubiera acabado en gol.

El equipo de Manolo Jiménez apretó el acelerador y obligó a dar u paso atrás al conjunto catalán. Con ambos equipos ya con diez jugadores por la expulsión por doble amonestación de Javi López (m.79) y del rumano Sapunaru (m.82), el Zaragoza llegó con mucha claridad a la meta de Casilla pero le faltó acierto en el remate, otra de las asignaturas pendientes del equipo aragonés.

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