Emily Dickinson decía “Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro”. Quienes tenemos la osadía y la oportunidad de escribir, podemos ir con nuestras palabras donde queramos, desde lo privado a lo público, de lo cercano a lo lejano, con nuestros ropajes o disfrazados y maquillados.
En ese camino, de recorrido incierto, hay códigos desconocidos que iremos descubriendo, lugares secretos que no conocíamos, alegrías, pasiones y desengaños, silencios y ruidos, todos los bienes y males imaginables, emociones que nos conmoverán y situaciones que nos dejaran indiferentes.
Descubriremos que si queremos llegar lejos, en más ocasiones de las necesarias tendremos que volver al principio y corregir nuestros errores, asumir nuestras miserias y aceptar nuestras limitaciones, que podremos encontrar, si nos empeñamos los tesoros escondidos.
A lo largo y ancho de nuestras vidas, podremos constatar el permanente juego humano de luchar por el poder, de encontrarnos con personajes vulgares y otros irrepetibles, las múltiples vidas que todos encerramos y la voz que nos identifica.
La contradicción permanente entre el éxito y la frustración, nos enseñara, que no conseguiremos lo que queremos, si no somos capaces de renunciar a lo que tenemos., que aunque en ocasiones nos parezca que nos han clonado, somos únicos.
Conoceremos a personajes sorprendentes y viviremos situaciones fascinantes, entre magias y brujerías, desapareceremos y resurgiremos, inventándonos y reinventándonos, con equilibrio y templanza, con el deseo de vivir todo al máximo de nuestras posibilidades.
Hay oportunidades únicas, afanes comprometidos, papeles fuertes y juguetes rotos, circunstancias favorecedoras y planes equivocados, nuevas respuestas a preguntas diferentes, y vamos fabricando ideas que no nos llevan a ninguna parte y otras que nos permiten innovar la realidad que vivimos.
Donde menos nos lo esperamos surgen los atropellos o nos encontramos abandonados a nuestra suerte, sin saber dónde tropezaremos con los vetos y con las bulas. Entre tramas y trincheras, hay quienes nos ocultarán sus verdaderas intenciones, pero si somos hábiles sabremos distinguir lo auténtico de lo falso.
En ocasiones debemos procurar no hacer nada especial que signifique discusión o confrontación, y evitamos salir del foco del conflicto, procurando buscar un nuevo camino y trabajar de forma positiva, y siendo audaces para encontrar y poner en práctica puntos de vista creativos y no paralizantes.
Son momentos en los que nos planteamos hacer un viaje, que puede ser todo lo lejos que queramos si volamos con nuestra imaginación, y nos alejamos del bullicio, del ruido y de todo lo que sea confusión, para encontrar el organizarnos mentalmente mejor.
No perdamos el tiempo ni malgastemos nuestras energías en cuestiones inútiles y sin sentido, no nos empeñemos en destruir en lugar de construir, en odiar en vez de amar, en considerar enemigos a los adversarios, y seamos positivos.
Ver la vida con todos sus colores y no quedarnos siempre en blanco y negro, tener los ojos y los oídos bien abiertos para estar dispuestos a aprender y entrenarnos en la relatividad y la temporalidad de nuestros personajes, para cuando nos toque emprender el último viaje, lo hagamos, como decía Antonio Machado”ligeros de equipajes” .Feliz 2020 y no olvide, el mejor regalo, UN LIBRO.