Repetidos y polémicos

Publicado: 17/10/2019
Van casi siempre a tope de todo lo que irrita a los demás, y procuran provocar, situándose en el momento más inoportuno en la situación más incómoda
Hay quienes son repetidos y tremendamente aburridos, y quienes además son polémicos, no porque les guste discutir, sino porque allí donde están surge el problema. Son aquellos que no solo no hacen nada sino que les reprochan a los demás que las hagan. Los que en lugar de conciencia tienen una caja fuerte como corazón, y son capaces de bailar al son de las monedas que suenen.

Van casi siempre a tope de todo lo que irrita a los demás, y procuran provocar, situándose en el momento más inoportuno en la situación más incómoda. Sus pasatiempos encierran vencedores que son perdedores, afirmaciones que son negaciones y remedios que son males.

Son incapaces de experimentar sentimientos y emociones y por tanto de tener remordimientos que les paralicen. Saben tomar la iniciativa pero no salir del bucle en el que se encuentran, y repiten una y otra vez hasta la saciedad, aquello que los demás no quieren oír.

Piden  a voces que se les quieran, pero  curiosamente no se dejan y se irritan con enorme facilidad, instalándose en las tensiones y los martirios, creando un clima en el que es prácticamente imposible el entendimiento  y siendo imán para los problemas y repelente para las soluciones.

Son especialistas en pasos atrás que no dejan de ser carreras hacia delante, aprenden desde el fracaso y mueren de éxito. Presumen de aciertos cuando están muy equivocados. No son de fiar por mucho que nos repitan que son leales y debatan sobre los ideales.

Casi nunca encuentran lo que buscan y se quejan de estar instalados en la insatisfacción, sin razones ni motivos, solo porque jamás son capaces de salir ni están a punto de llegar., y entre amores y desamores se elevan para volar o rastrean para avanzar.

Con ellos no sabemos a qué carta quedarnos, ya que al mismo tiempo que quieren saber, asumen que mejor sería quedarse en la inopia e ignorarlo casi todo. Sus comportamientos repetitivos son con frecuencia una forma de resistencia.

Aunque pueda parecerlo, no hacen lo que tienen ganas de hacer, ni dicen lo que tienen ganas de decir. Como son rápidos de reflejos, suelen repetir serenamente los comportamientos más exitosos  y evitar los fracasos, con lo que convierten un simple hecho en algo significativo.

Entre lo agudo, lo violento y lo contradictorio, se mueven sin traumas ni emociones impactantes, los repetidos y polémicos, oscurecidos por el  desconocimiento y paralizados por el miedo, incapaces de simbolizar lo que les lleva necesariamente a lo real o liberar el exceso de tensiones, ni tienen tiempo de huir del peligro y protegerse.

Lo increíble es como algunos de estos repetidos y polémicos sienten una atracción irresistible, y  toman como modelos a  iconos que no disfrutan porque están enfermos de satisfacción. En definitiva entre la persona y el personaje, no se trata de liquidar a este segundo, sino modificarlo a través de pinceladas sucesivas hasta que lo haga desaparecer y convertir a la persona en alguien autónomo.

Cada minuto intentan que esa repetición sin fin se transforme en recuerdo, y van superando etapas desde la observación, la sensación, la vibración y la interpretación. No son fríos ni impersonales, aunque en ocasiones puedan parecerlo.

A  pesar de ser repetidos y polémicos, tienen más preguntas que certezas, e intentan provocar más que convencer o determinar.
                 
 

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