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Condenan a instructor de tiro por un disparo a un policía de Isla Cristina en una práctica

Tras 5 años negando haber sido el autor del disparo por el que el herido casi pierde una pierna, el instructor ahora condenado confesó su autoría en el juicio

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  • Policía Local -

La Audiencia Provincial de Huelva ha condenado a JAQG, el instructor de prácticas de tiro que el 28 de noviembre de 2017 hirió gravemente en una pierna por disparo accidental a un policía local de Isla Cristina que participaba como alumno en la galería de tiro de la Jefatura de Policía Local de Huelva en unas prácticas para aprender la diferencia de presión en el gatillo de un arma Glock MVH 521 modelo 17 calibre 9 mm/pb según el arma estuviera en posición de simple acción o doble acción -para evitar disparos accidentales-, a una pena de multa de diez meses, con cuota diaria de seis euros; a un año y un día de inhabilitación para el ejercicio del derecho de uso de armas; al pago de todas las costas procesales y a una indemnización al denunciante en concepto de responsabilidad civil.

En la sentencia, fechada el pasado 9 de marzo y a la que ha tenido acceso esta redacción, se condena a dicho instructor, que tras años negando la autoría del disparo la reconoció finalmente en la vista oral celebrada el pasado día 26 de enero, como "autor penalmente responsable" de un delito de "lesiones por imprudencia grave" ya que "realizó el disparo sin comprobar que su arma se encontrase limpia de balas y sin aplicar el protocolo de seguridad", careciendo además de seguro de responsabilidad civil.

El policía local isleño, que estuvo a punto de perder su pierna izquierda por amputación para salvar su vida, lo cual "en última instancia y tras un giro médico de última hora" puso evitarse, ha manifestado a este periódico que, la "negligencia" del instructor ahora condenado le produjo "rotura de arteria femoral y trombosis venosa profunda”, necesitando según el informe forense, "534 días de recuperación", además de "secuelas de por vida", pasando por ello a los servicios de segunda actividad en el cuerpo policial al que pertenece.

Igualmente subraya que "desde el primer momento" el acusado "negó los hechos", lo cual hizo en su primera declaración el 5 de diciembre de 2017, una semana después del incidente, ante el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, no reconociendo la autoría de los mismos, y "negándolos sistemáticamente" durante todo el resto de la instrucción. Con ello, añade, siempre "dejaba la puerta abierta a un disparo fortuito producido por el mismo lesionado, o por una tercera persona".

No obstante cinco años y dos meses después del incidente, concretamente el pasado día 26 de enero, en la vista oral celebrada en la Audiencia Provincial de Huelva, "el acusado reconoció en el banquillo de los acusados la autoría, conformándose con la pena que las acusaciones ejercían contra él tras un acuerdo entre partes".

"No fue necesario escuchar en sala a los numerosos testigos que ese día iban a declarar -añade-, muchos de ellos en contra del acusado, pues reconoció expresamente en el banquillo, delante de tres Jueces de la Audiencia Provincial, que fue él quien disparó el arma ese día, cambiando sus declaraciones realizadas durante los cinco años anteriores en los que lo negó".

El policía local isleño también ha manifestado que, durante la instrucción del procedimiento, la parte acusada presentó un escrito con fecha de 18 de septiembre de 2020 "reiterando una vez más su inocencia" y queriendo dejar claro que no fue JAQG quien apretó el gatillo, para lo cual solicitó que declarasen tres policías locales según ellos "testigos presenciales y directos", los cuales "acreditarían que no fue el acusado el autor del disparo". Dado que hasta cuatro veces el juzgado negó la admisión de dichos testigos, la parte acusada decidió aportar declaraciones juradas ante notario de los tres policías locales -uno de Sevilla, otro de Huelva y otro de Lepe-, en las que coincidieron en exculpar del disparo al instructor del curso".

Unas declaraciones juradas que, según el policía que resultó herido aquel día, "no tendrían la repercusión que hoy tienen si el acusado no hubiera reconocido los hechos" y hacen que sus declaraciones sean "incluso susceptibles de ser denunciadas por la vía penal por la trascendencia de su contenido tras la confesión del acusado".

Por último, el policía de Isla Cristina concluye señalando que "cinco años y dos meses se han necesitado para restaurar el honor de un policía gravemente herido por un instructor, cinco años de sufrimiento innecesario, no merecido, y que por fin ponen luz y verdad a estos hechos que todos lamentamos".

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