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Córdoba

La comunidad científica se une en torno al estudio de la erosión por cárcavas

En un trabajo sobre el conocimiento y la gestión de la erosión por cárcavas a escala europea que reúne a más de 30 instituciones internacionales

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  • Los investigadores del estudio, Antonio Hayas y Tom Vanwalleghem. -

El Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba (UCO) participa en un trabajo sobre el conocimiento y la gestión de la erosión por cárcavas a escala europea que reúne a más de 30 instituciones internacionales.

Según ha indicado la institución universitaria en una nota, la erosión del suelo es el proceso dominante de la degradación del mismo y la aparición de cárcavas uno de los síntomas más significativos. Estas incisiones en el terreno producidas por la escorrentía provocan la pérdida directa de tierra y la consiguiente preocupación de la comunidad agrícola. Además, a gran escala, pueden provocar deslizamientos de tierra y cambios en los comportamientos hidrológicos de la cuenca.

A pesar de los efectos negativos para el sector agrícola y el medioambiente, la habilidad para evaluar y simular la erosión por cárcavas y su impacto es muy limitada, sobre todo a una escala más amplia como es la escala europea.

Con el objetivo de poner en común el conocimiento sobre la evaluación, modelado y manejo de cárcavas el profesor de la Unidad de Excelencia María de Maeztu-Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba (Dauco) Tom Vanwalleghem, junto con el investigador Antonio Hayas del Departamento de Ingeniería Rural, han participado en un estudio internacional en el que se evalúa el trabajo realizado hasta ahora en este aspecto y se trazan líneas de futuro necesarias para abordar la problemática.

En este estudio, que nace de una reunión del Centro Europeo Conjunto de Investigaciones Científicas (JRC) que da apoyo científico al desarrollo de política europea, personal investigador de 36 instituciones internacionales ha analizado las necesidades para crear un modelo que pueda dar una visión regional a nivel europeo de la magnitud de esta problemática y, así, poder afrontarla desde la vertiente científica, pero también de gestión de políticas medioambientales.

El trabajo de Vanwalleghem y Hayas dentro del estudio se ha centrado en la modelización de las cárcavas. "Para poder hacer predicciones hace falta conocer dos variables: dónde ocurren las cárcavas y cómo de rápido crecen" --ha señalado Vanwalleghem-- y, para conocer estas variables, han llevado a cabo una lista de los modelos disponibles y de los datos necesarios para cada modelo.

Tras el análisis, los investigadores llegaron a la conclusión de que la mejor opción para modelar cárcavas y predecir su comportamiento es apostar por modelos sencillos, para que, a la hora de aplicarlos a nivel de campo sean fiables con los datos disponibles a ese nivel más local. "Si tenemos un modelo muy desarrollado, con muchas variables, pero no tenemos los datos específicos a un nivel local para introducir en el modelo, es muy fácil que fallen", han explicado los investigadores.

La recopilación de fuentes de datos disponibles sobre vegetación, climatología y estudios de caso concretos que se hace en este trabajo hace ver que el camino es el trabajo con modelos sencillos con un carácter empírico (basados en observaciones).

En el trabajo, también se recogen los avances en el conocimiento de la aparición de cárcavas en relación con usos y manejos del suelo y las innovaciones en la restauración de cárcavas. En este sentido, ambos investigadores participan en el desarrollo dentro del proyecto de Compra Pública Innolivar de un método de corrección de cárcavas que sea menos costoso y, así, asumible por el agricultor.

Por último, este grupo de expertos enfatiza la necesidad de políticas enfocadas a aumentar la investigación y los trabajos de modelización a escala global. De esta manera, se podrá conocer la magnitud real de la erosión por cárcavas y usar el conocimiento científico para la toma de decisiones en la gestión política de esta problemática que afecta tanto a la comunidad agrícola como a la sociedad en general, en tanto en cuanto el suelo es un recurso esencial para la vida.

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