La delegada municipal de Cultura, Susana Rivas, y el director del Museo de Chiclana, Jesús Romero, han inaugurado la exposición ‘Alberto Durero. El Apocalipsis’, que permanecerá en el Museo hasta el ´4 de diciembre. Así, durante los tiempos peores de la pandemia, y con una clausura de dos meses que posibilitó -incluso obligó- a la reflexión, se aborda la conciencia de la fragilidad humana se hizo especialmente patente. La muerte dejó durante largo tiempo de ser percibida como algo particular que sólo a los más cercanos concierne para ser la muerte probable de cualquiera, y un poco la muerte de todos, y ha parecido oportuno, ahora que las fechas consagradas a los difuntos se aproximan, ofrecer esta nueva Exposición Temporal.
Ya en aquellos días, y al hilo de esta reflexión, el Museo de Chiclana tuvo claro dedicar a ella, de manera sutil, una exposición. Así llega al espacio expositivo ‘De paso’ esta muestra sobre el Apocalipsis, ese libro por cuyos renglones cabalgan la enfermedad, la guerra, el hambre,… Un texto, el del Apocalipsis, que ha inspirado -por la riqueza y fuerza de su imaginario- a multitud de artistas a lo largo de los siglos. Una de las cimas de las representaciones plásticas del Apocalipsis la alcanza, sin duda, Durero. Las xilografías de Alberto Durero (Albercht Dürer) que ilustran el Apocalipsis son tenidas como una de las cumbres del grabado de todos los tiempos.
Considerada una obra maestra no sólo del grabado, sino del arte en general desde su publicación en 1498, esta serie de grabados vino a abundar en un tema una y otra vez referido por los artistas del medievo, época en que las guerras y las enfermedades eran el venenoso pan cotidiano que diezmaba sin piedad la población de Europa. De esta época es deudora esta obra realizada en tiempos ya nuevos y en plena madurez del autor tras su regreso del viaje a Italia, la Italia del Renacimiento, que tan decisivo resultó en su vida y en su obra posterior.
Basada en el libro -atribuido a San Juan- que cierra la Biblia cristiana, su título completo original es ‘Die heimlich offenbarung iohannis’ -Apocalipsis cum figuris en su edición latina-, esta serie desarrolla plásticamente -con el dibujo impecable de este gran maestro de la pintura que lo fue también del grabado- el rico y sugerente universo de imágenes que los diversos capítulos del Apocalipsis -fuente inagotable de inspiración para poetas y artista de toda índole- refiere.
La edición de este libro -recordemos que en el reverso de cada ilustración, a página completa, se hallaba impreso el texto del Apocalipsis- corrió a expensas del propio autor, lo que ocurría por primera vez en la historia pues no solían los artistas hacerse cargo económicamente de una empresa semejante. Esto pone de manifiesto el estatus de Durero ya entonces. Ejemplares de este libro se encuentran presentes en colecciones públicas y privadas de todo el mundo. En España, por ejemplo, posee un excelente ejemplar el Monasterio del Escorial.
Aunque nada nos hacía prever el devenir de los acontecimientos en el Este, la invasión de Ucrania por las tropas rusas, con todos los daños colaterales propios de las guerras, dan mayor vigencia la exposición de esta obra que aquí, respetando las dimensiones originales, mostramos en excelente reproducción facsimilar.
“Haciendo hincapié en el tema de los grabados en este año 2022, queremos dedicar un sitio especial a un autor del Renacimiento, maestro de otros maestros”, ha expresado Susana Rivas, quien ha indicado que “ahora traemos una parte de la obra de Alberto Durero, concretamente, el Apocalipsis, coincidiendo con la próxima celebración del Día de los Difuntos, así como situaciones que desgraciadamente estamos viviendo de guerra”. “Invitar a la ciudadanía a disfrutar de una parte de la obra de Durero y que puedan reflexionar en este tiempo que estamos viviendo”, ha comentado.
Por su parte, Jesús Romero ha resaltado que “el Apocalipsis es un texto difícil y extraño, pero riquísimo en imágenes, sugerencias y muy potente. Esto ha hecho posible que artistas de todas las épocas lo hayan tomado como fuente de inspiración y una de las altas cimas es, sin duda, el Apocalipsis de Alberto Durero, que publica esto en 1498”. “Se trata de una obra magistral, de la que beben posteriores autores, que se inspiran y aprenden de ella”, ha incidido.