Un nuevo trabajo publicado en la revista Life and Environment por investigadores de Instituto Español de Oceanografía (IEO) y el Aula del Mar de Málaga, en el que se analizan 15 años de datos de capturas accidentales y varamientos de tortuga boba (Caretta caretta) en el Estrecho y Mediterráneo, apoya la hipótesis de un cambio en el patrón de migración de esta especie clasificada como vulnerable por la UICN.
Las tortugas marinas presentan una alta tendencia a volver para nidificar a las playas donde nacieron, de tal manera que, a pesar de las grandes migraciones que realizan, durante el periodo reproductor los ejemplares adultos se reúnen en sus playas de puesta. Este comportamiento ha favorecido la clara diferenciación de poblaciones de una misma área de puesta, de tal manera que, aunque individuos de diferentes poblaciones coincidan en un área de alimentación, en raras ocasiones hay mezclas.
En el Mediterráneo confluyen individuos de al menos tres poblaciones de tortuga boba: dos poblaciones atlánticas y una mediterránea, que se concentran alrededor de las islas Baleares.
Por otra parte, tradicionalmente se ha considerado que el único núcleo reproductor de la tortuga boba en el Mediterráneo se encontraba relegado al Mediterráneo oriental. Sin embargo, desde el 2001 han aparecido puestas esporádicas en España y más recientemente en Italia y Francia. Los expertos desconocen si estas tortugas pertenecen a una población mediterránea desconocida, si vienen del Atlántico o si obedece a un cambio en el comportamiento de las poblaciones ya conocidas.
Este nuevo trabajo, que analiza los datos de varamientos y de capturas accidentales en palangres desde el 1997 hasta el 2013, sugiere que los ejemplares adultos de tortuga boba se desplazan entre mayo y junio desde el golfo de Cádiz hacia el mar de Alborán y de junio a julio al mar Balear. Estos resultados apoyarían los hallazgos de trabajos recientes en los que se sugería que las tortugas recién nacidas en aguas españolas podrían tener padres tanto del Atlántico como del Mediterráneo.
"Eventos de anidación similares han sido observados recientemente en otras partes del mundo, por lo que cabría preguntarse si estamos presenciando un cambio en el comportamiento migratorio de las tortugas", explica Jose Carlos Báez, investigador del IEO y autor del trabajo.