El catedrático de Organización de Empresas y director de la Cátedra de Emprendedores de la Universidad de Cádiz, José Ruiz Navarro, ha ofrecido la conferencia inaugural de la IV Feria de Muestras, Innovación y Turismo de Chiclana.
En su disertación, el catedrático ha abordado el concepto de la innovación bajo el título ‘La historia interminable’. “El objetivo de la Asociación de Empresarios de potenciar y consolidar el tejido empresarial de Chiclana bajo el lema ‘Chiclana sin fronteras’ a través de la IV Feria de Muestras, Innovación y Turismo y completado por un amplio programa de actividades complementarias es muy ambicioso y por ello os felicito”, ha señalado Ruiz a modo de presentación.
“Reducir la incertidumbre y aumentar la productividad, hacer más con menos. Ésta es la historia interminable que llega hasta nuestros días”, ha introducido Ruiz.
“Estamos viviendo un cambio de calado fundamental en la historia reciente desde el punto de vista económico. La crisis es una de las manifestaciones del cambio. Dos grandes innovaciones sociales de finales del siglo XIX y principios del XX como son la sociedad del bienestar social y el modelo de producción fordistas han entrado en crisis. Por ello, nos enfrentamos a una tormenta tremenda en el entorno económico que afecta al tejido empresarial y a las grandes empresas”, ha apuntado. Igualmente, ha sostenido que los países emergentes ya no lo son tanto y como ejemplo ha señalado que la ampliación de capital más grande se ha dado en Brasil, fuera de los mercados convencionales.
“Esto es sintomático. Las cuatro mayores empresas del mundo ya no son de EE.UU, sólo dos. La primera europea en ese ránking está en el número doce. Estamos perdiendo protagonismo. Esto supone nuevos riesgos y también nuevas oportunidades”, ha apuntado.
“El dilema es si realmente va a vencer una economía de casino en la que el oportunismo y la corrupción es el modelo de hacer empresa o si vamos hacia otro modelo en el que Estado y empresa puedan llevar a cabo realmente una economía del conocimiento. El mercado sólo no puede conseguir llegar a esta economía del conocimiento, es necesaria la ayuda de las instituciones y de la Universidad”, ha defendido.
“Nuestra situación en este escenario de partida no es muy buena. Se desarrollan pocas iniciativas emprendedoras innovadoras en España últimamente. Lo que se suele hacer es copiar lo que ya existe. En nuestro entorno más cercano, percibimos un escaso músculo empresarial que tenemos y que todos sabemos. Faltan empresas con músculo, aunque hay excepciones en nuestro ámbito. No obstante, Andalucía se ha convertido en región líder de emprendedores porque ha bajado menos que en el resto de España con la crisis, pero hay pocas empresas que crezcan rápidamente o tengan esa perspectiva. 345.000 andaluces emprendieron un negocio en 2009, un 5,1% de la población activa. Esta cifra está muy lejos del 20% registrado en China o el 12% de Estados Unidos”, ha apuntado.
En cuanto al perfil emprendedor en Andalucía responde fundamentalmente a hombres, de unos 36 años de edad media, renta inferior 10.000 euros anuales, y el 27% de ellos universitarios, “un dato esperanzador para la conexión que deberíamos hacer entre el mundo de la universidad y la empresa”.
“El dato menos esperanzador en lo que respecta a innovación y desarrollo. España ha evolucionado al alza pero no alcanza los niveles de la Unión Europea. Lo que hacen las empresas es aún menos optimista. En la UE se invierte una media del 1,2% PIB invierte en I+D+i, en España no llegamos al 1% y en Andalucía nos quedamos en el 0,4%. Estas cifras deben llevarnos a una seria reflexión”, ha apuntado Ruiz en su intervención.
En cuanto a las soluciones o vías a tomar para resolver esta situación, el catedrático de la UCA ha defendido la íntima conexión entre empresariado, instituciones públicas y Universidad para pasar de esa economía de casino sin reglas a una más ordenada de conocimiento.
En cuanto al concepto de innovar ha destacado que se puede referir a producir algo nuevo, o producir lo de siempre de una forma nueva, abriendo una nueva fuente de provisión de materias primas, buscando nuevos mercados, etc. “En definitiva tener la fuerza, vitalidad, fantasía e imaginación de pensar que esta empresa puede ser de otra manera. Eso tiene mucho que ver con lo que siempre han hecho los empresarios analizando los mercados, los clientes y los métodos de producción”, ha dicho.
Pero además ha defendido que el empresariado debería plantearse su capacidad para crear intereses colectivos, teniendo en cuenta los agentes que tienen interés en que el negocio vaya bien como accionistas, clientes, directivos, empleados, proveedores, entidades financieras, colaboradores. Aquí se abre un nueva posibilidad de ser innovador a nivel estratégico: podría plantear como afecta la cultura y los valores sociales a la empresa, los medios de comunicación, los ecologistas, ONG, etc. “En definitiva, fijaros que hay una nueva forma innovadora de plantear la dirección de la empresa pensando en responder a los intereses de todos estos colectivos. Tenemos que plantearnos qué es valor para los accionistas, los clientes, los empleados, proveedores, gobierno y administración, medios de comunicación, Universidad”, ha añadido.
Por último, Ruiz ha defendido el papel fundamental que la Universidad debe jugar en este camino hacia la sociedad del conocimiento. “La tercera misión de la Universidad que se suma a las clásicas de la docencia y la investigación es la conexión con el mundo empresarial. La Universidad de Cádiz creó la Cátedra de Emprendedores hace apenas tres años. La aportación a esa tercera misión de la universidad pasa por cuatro líneas estratégicas: aumentar la intención emprendedora de los universitarios a través de acciones muy variadas como ‘Emprendedores y emprendedoras como tú’ en la que emprendedores antiguos alumnos reflejan su experiencia empresarial; que además de querer emprender sepan hacerlo y también apoyamos estas iniciativas de forma muy diversa (contactos con otras administraciones, socios, entidades financieras, analizamos proyectos de viabilidad). Funciones clásicas de consultoras o de viveros de empresas añadimos una más que nos parece eminentemente universitaria: queremos saber más sobre cómo está el ámbito empresarial para conocer y poder así dar consejo. Por ello, nos analizamos nosotros mismos, con nuestros egresados, para lo que pasamos una encuesta cuestionando el grado de satisfacción con la educación recibida y qué están haciendo. Promoción 2004-2005, 0,4% habían puesto en marcha una empresa, un dato muy bajo que choca con el 19% estaba pensando en crearla”.
“En definitiva, el mundo está cambiando y el cambio es incierto, no sabemos si vamos a una economía de casino o de conocimiento. La historia interminable es buscar la productividad creciente que pasa por colaboración empresariado, administraciones públicas y universidad. Para ello necesitamos organizaciones fuertes, un sistema educativo potente, creador de valor y personas emprendedoras y necesitamos iniciativa empresarial. Si no lo logramos, si no tenemos una sociedad competitiva con empresas basadas en la innovación, nuestra sociedad está avocada al fracaso. En momentos difíciles es cuando los pueblos de valía han dado la talla. Eso da lugar a que toda limitación sea impulso y toda crisis sea reto”, ha concluido.