El tiempo en: El Condado

Cádiz

“Las profecías apocalípticas no van a solucionar nada”

El catedrático emérito de Organización de Empresas José Ruiz Navarro admite que Cádiz sufrirá la crisis duramente pero es optimista: “Hay esperanza”

Publicidad Ai Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai Publicidad AiAndaluc�a Informaci�nPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai
  • José Ruiz Navarro es también Coordinador del Observatorio de investigación colaborativa Guesss en España. -

José Ruiz Navarro admite que la crisis será dura y que, a corto plazo, “tendrá que funcionar el colchón de las medidas sociales”. Pero huye del catastrofismo: Europa movilizará un billón de euros para paliar los efectos de la pandemia. “Es una tabla de salvación si somos capaces de poner nuestra voluntad y capacidades para funcionar”, dice. Para ello, confía en que “seamos capaces de construir entre todos los consensos básicos para la recuperación”. 

La provincia va a sufrir especialmente la crisis por la fragilidad del tejido empresarial. ¿Qué se puede hacer para frenar la destrucción de empresas?

-A corto plazo aprovechar las medidas que el Gobierno central, principalmente, y de las distintas administraciones se han puesto en marcha. Algunas como los ERTE o los créditos ICO se han mostrado eficientes. Pero además, es importante atajar los problemas de fondo que tiene el tejido empresarial en Andalucía y Cádiz: su tamaño, la mayor parte de las empresas son micropymes, tienen que crecer; su debilidad financiera, tienen que reforzar su capitalización; y, el déficit de capacidades directivas y empresariales, deben mejorar la profesionalización de sus equipos de dirección y apostar por la innovación. A esas medidas internas de las empresas, habría que añadir la mejora del entorno para facilitar la acción empresarial -tarea que incumbe a varios actores-, principalmente la dinamización de los mercados -proponiendo proyectos ambiciosos de futuro- y la innovación abierta, que dependerán de una apuesta decidida de las administraciones más cercanas por el desarrollo de ecosistemas que fomenten la cultura emprendedora y la creatividad. Cádiz, por ejemplo puede ser más azul y más verde. Las empresas, las iniciativas emprendedoras, deberían tomar nota de hacia donde quiere Europa dirigir su estrategia de recuperación e identificar y explotar las oportunidades que los tres pilares que plantea -el pacto verde, un mercado único más digital y una recuperación justa e inclusiva- ofrece.

¿Es posible pensar en recuperación cuando la emergencia social obligará a las administraciones volcarse para paliarla?

-Será una condición necesaria. Sin cohesión social difícilmente se va a lograr sociedades que generen las condiciones del desarrollo económico futuro. Precisamente la estrategia europea Next Generation que apuesta por un Plan de Recuperación de Europa apuesta claramente en uno de sus tres pilares por esta cuestión. Su punto de partida es la solidaridad, entre personas, generaciones, regiones y países. Sin salarios justos, sin igualdad salarial de las mujeres, sin empleo juvenil difícilmente habrá recuperación. Las coberturas sociales supondrán un coste que parte podrá ser financiado por el Plan de Recuperación europeo y parte debería venir por intensificar la lucha contra el fraude fiscal y la mejora de la recaudación.

“Andalucía y Cádiz pueden poner a trabajar sus recursos si se le aplica la capacidad creativa que tenemos”

La crisis puede ser una oportunidad. ¿Qué aprendimos de la crisis de 2008?

-Aprendimos que solo el mercado no es suficiente para solucionar los problemas. Que el mercado, para que funcione, necesita de mecanismos institucionales de estímulo y regulación. Que, especialmente en tiempos de incertidumbres, son las instituciones -entre ellas también los mercados- las que diferencian a las sociedades ganadoras y perdedoras.

¿Qué errores de entonces debemos evitar ahora?

-Que las decisiones políticas importan y no se debe dejar todo a expensas de políticas monetarias. Que es preciso una estrategia industrial, con bases en el conocimiento y la investigación, invirtiendo en los recursos básicos, es decir en las personas. Que además de cultura e iniciativa empresarial se precisa de liderazgo político e institucional, que una cosa no funciona sin la otra. Que hay que estar unidos en los consensos básicos que cohesionan a una sociedad y que las desigualdades alimentan la desintegración social. Y parece ser que Europa lo ha aprendido. Esperemos que en España seamos capaces de construir entre todos esos consensos básicos imprescindibles para la recuperación.

Sin turismo extranjero y con una industria en crisis, ¿a qué nos agarramos a corto plazo?

-Tendrá que funcionar el colchón de las medidas sociales. Afortunadamente los acuerdos logrados con Europa permiten, si se aprueban los presupuestos del estado y se canalizan de manera eficiente esas ayudas, un cierto desahogo del gasto fiscal. Paralelamente hay que ir mirando hacia sectores que pueden salir favorecidos con la crisis. Entre ellos los relacionados con la logística y el transporte aparecen en lugares destacados, sin olvidar los relacionados con la alimentación y sanitario que cobra un papel relevante.

El sociólogo de cabecera del Consejo de la Juventud de España dice que “la leche va a ser monumental”. ¿Qué hacemos con la generación de jóvenes afectada en 2008 y también ahora?

-Vuelvo a insistir que la situación es difícil pero las profecías apocalípticas no van a solucionar nada. El nombre Next Generation del plan europeo está expresamente puesto pensando en los jóvenes, en la “próxima generación”. Creo que en los momentos difíciles se demuestra que además de nuestros miedos también estamos hechos de esperanzas. Espero sinceramente que puede haber oportunidades, es en los momentos de crisis cuando hay que tomar decisiones cruciales y cuando pueden aparecer nuevos horizontes. El billón largo de euros -1,85 billones pare ser exactos- que Europa va a poner en movimiento para hacer frente a la crisis es una buena tabla de salvación si somos capaces de poner nuestra voluntad y nuestras capacidades a funcionar. Hay esperanzas.

¿Es la formación una salida?

-Hay un desajuste entre oferta y demanda que requiere de un cambio. Hay que invertir más en formación profesional y en educación en general. El alto fracaso escolar de Cádiz hace muy difícil lograr cualificaciones profesionales flexibles. Pero también es verdad que deberíamos plantearnos una actualización de la oferta formativa de la Universidad. Sería un buen ejercicio analizar las demandas y oportunidades que plantea Next Generation con la oferta de títulos de nuestras universidades y con nuestro sistema educativo.

Por cada egresado que recala en la provincia con trabajo se van dos. ¿Cómo retenemos talento?

-Ofreciendo un horizonte de esperanza y desarrollando ecosistemas de emprendimiento e innovación. Andalucía y Cádiz pueden poner a trabajar muchos de sus recursos hoy dormidos si se le aplica la capacidad creativa que decimos y sé que tenemos. Si se identifican las oportunidades y se relacionan los pilares institucionales de los ecosistemas que se pueden construir.

Los empresarios tienen claro qué pueden hacer las administraciones por ellos. Pero, ¿qué pueden hacer los empresarios por la provincia?

-Trabajar juntos, colaborar con las administraciones, con la Universidad y entre ellos. No es una cuestión sólo de los empresarios o de los políticos. Es de todos. Los proyectos de futuro que Cádiz y Andalucía necesitan serán fruto de la colaboración. Esa es la esencia de un ecosistema, que todo encaje, que cada uno cumpla con su función y que, además de competir, se complementen. Es lo que podemos aprender de otros territorios y de la historia. Hay que otear el horizonte, las ciudades marítimas tienen ventaja en esto.

No hay discurso político que no haga referencia la economía verde y a la Universidad. 

-El Pacto Verde Europeo será el motor de la estrategia de crecimiento europeo en donde se crearán cerca de un millón de empleos relacionados con la economía circular, reduciendo la dependencia de proveedores externos, generando empleo en el sector de la construcción, en industrias intensiva que requieran renovarse, en la creación de infraestructuras sostenibles, en el tránsito hacia tecnologías de energías renovables, entre ellas la marina. En el transporte se hace hincapié en acelerar la producción y la implantación de vehículos y buques sostenibles, así como de combustibles alternativos. El consumo de proximidad facilitará iniciativas locales que refuercen las cadenas de suministros. Todo esto requerirá de nuevos conocimientos y de una inversión intensiva en investigación. Los países y territorios que invierten más en conocimientos son los que a la larga consiguen mejores condiciones de vida. Y la Universidad es una pieza esencial en ese engranaje.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN