El hallazgo por parte de la Guardia Civil se produjo mientras los agentes inspeccionaban una nave por un supuesto robo y, en otro local anexo, vieron numerosos efectos militares y, en una estantería, una granada de mortero, una ametralladora montada en su trípode y otra similar embalada en una caja.
Los guardias constataron que el dueño no posee Libro de coleccionista y carece de licencia de armas, ya que, aunque la tuvo, le fue retirada por tener antecedentes de malos tratos en el ámbito familiar.
Ante la sospecha de que pudiera poseer más armamento en su casa, los agentes solicitaron el permiso de registro de los domicilios del detenido, donde hallaron abundante munición, piezas de fusiles, una escopeta, otras armas prohibidas y cuatro carabinas de aire comprimido, en una de las casas, y dos fusiles de asalto tipo cetme, tres máuser y abundante munición, en el otro.