Un estudio sobre el sueño, realizado entre más de 3.000 españoles mayores de 18 años por la Fundación de Educación para la Salud del Hospital Clínico San Carlos (Fundadeps) y la Asociación Española de la Cama (Asocama), ha revelado la extinción de este deporte nacional que se mantiene, no obstante, como reclamo para los turistas.
La mayoría de los pocos que gozan del ligero sueñecito después de comer –un 72%– se conforma con recostarse en el sillón, mientras que un 27% confiesa que se mete en la cama y aún practica la tradicional y envidiable siesta “con pijama, Padrenuestro y orinal”.
El análisis desvela que el 58,6% de los españoles nunca sestea, el 22% sólo en ocasiones y el 3,2% se adormece tras el almuerzo únicamente los fines de semana.
La siesta es el producto estrella entre los hombres mayores de 45 años, aunque, en general, son las mujeres quienes tienen más dificultades para conciliar el sueño.
Son muchos, hasta un 32%, los españoles que se levantan cansados y sin energía o con dolores musculares, una cifra que aumenta progresivamente según crecen los años del colchón.
En cuanto a los factores que más influyen en la calidad del sueño, el 76,5% refiere el estrés, seguido de un 72% que apunta el calor mientras que un 61,5 alude al equipo de descanso. Tras ellos se situarían los cambios de rutina, el frío y la falta de deporte.
Un 5,4% de la población padece insomnio y hasta un 17% tarda más de treinta minutos en dormirse todas las noches.
Curiosamente, pese al estrés que caracteriza a la capital, Madrid es la segunda región de España donde más rápido se duerme la gente, sólo precedida por Aragón.
Una vez dormidos, la mitad del país asegura mantener el sueño toda la noche mientras que la otra mitad afirma despertarse por lo menos una vez, un 2% sin motivo aparente.
Respecto al número de horas, los españoles dormimos alrededor de siete, algo más los fines de semana, aunque los más jóvenes llegan hasta las ocho horas y media.
En cuanto a la postura, arrasa el dormir de lado –con un 64,7%– frente al 7,8 y 7,9 que lo hace boca arriba y boca abajo, respectivamente.
Pese a la importancia del colchón para tener dulces sueños, sólo la mitad de los españoles ha llegado a renovarlo antes de los diez años de uso, incluso algunos siguen utilizando el mismo desde hace más de veinte.
Sorprende del estudio que sólo un 46% se atrevió a probar el colchón antes de comprarlo, en muchos casos, simplemente por vergüenza.
El equipo de descanso es importante no sólo para dormir, como muestra el dato de que el 57,2% lo utiliza además para mantener relaciones sexuales; un 26% para ver la televisión y un 25% para leer.