La tradicional apertura del curso escolar en un colegio público, en este caso el centro madrileño Fernando El Católico, se vio alterada por la sonora pitada que varias decenas de profesores (unos 300 según los promotores de la protesta) dedicaron a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, al ministro de Educación, Ángel Gabilondo, y a la consejera de Educación, Lucía Figar.
Ya en el interior del colegio y durante el transcurso del acto oficial, Aguirre y Gabilondo defendieron, aunque desde posiciones políticas opuestas, la labor del profesorado.
Presidido por la reina, hasta el acto llegaron los ecos de la protesta que han protagonizado en las inmediaciones del colegio los profesores.
Doña Sofía clausuró el acto con un discurso dedicado en gran parte a homenajear el trabajo de los maestros y profesores con un llamamiento a los niños para que respeten a unos profesionales que “dedican, sin escatimar esfuerzos, lo mejor de su vida y todos sus conocimientos” a la “compleja y difícil labor” de la formación de los alumnos.
Pero esta apertura oficial del curso coincidió con la primera jornada de huelga en Madrid y con los actos de protesta que se han sucedido en otras nueva comunidades autónomas para denunciar los recortes educativos que según los sindicatos están aplicando muchos de los gobiernos autonómicos.
La Comunidad de Madrid cifró en un 43% el seguimiento de la huelga durante la mañana (lo han rebajado al 29% en el turno de tarde), mientras que los sindicatos convocantes del paro –que continuará hoy– elevó ese seguimiento hasta casi el ochenta por ciento.
La jornada de huelga en Madrid culminó con una manifestación en Madrid que convocó a miles de profesores, de padres y alumnos tras el lema La educación no es un gasto, es inversión. No a los recortes.
Una marea de gente con las ya habituales camisetas verdes en las que se lee Escuela pública de todos para todos puso color a esta protesta multitudinaria en la que los manifestantes portaron carteles y pancartas mientras profieren gritos y silbidos contra los recortes educativos del Gobierno de Esperanza Aguirre.
La manifestación, la segunda que se celebra en el centro de Madrid en menos de una semana contra la política educativa del Ejecutivo regional, partió minutos antes de las siete de la tarde y se dirigió hacia la Puerta del Sol, donde estaba prevista la lectura de un comunicado por parte de los portavoces de los sindicatos convocantes.
Los actos de protesta se repitieron sin embargo en muchas comunidades; en Galicia los profesores de los centros de enseñanza no universitarios llevaron un acto de brazos caídos durante media hora, como preludio de la huelga a la que están convocados hoy y el próximo día 27.
Las concentraciones se repitieron en muchos lugares, y en Extremadura los principales sindicatos de enseñanza de la región entregaron una declaración conjunta a la consejera del ramo pidiendo su compromiso con la educación y en contra de los recortes, que volvieron a ser descartados por la titular del departamento.
Durante la jornada continuó además la confrontación política como consecuencia de las palabras que pronunció la presidenta de Madrid sobre la gratuidad de la educación no obligatoria.
El PP nacional aseguró que garantiza la educación “universal y gratuita” en todas sus fases.
LA PREOCUPACIÓN DE LA REINA
La diputada regional madrileña de IU Eulalia Vaquero afirmó ayer que ha entregado a la reina un documento con firmas a favor de una educación pública de calidad en la región, durante la apertura del curso escolar, y que doña Sofía le expresó su “preocupación por la enseñanza en Madrid”.
Vaquero relató a los periodistas que logró acceder a ese acto oficial vistiendo la camiseta verde que caracteriza las protestas de los docentes contra las instrucciones promulgadas por la Consejería de Educación para el presente curso escolar.
Explicó que inicialmente no le dejaron entrar con la camiseta reivindicativa al acto, “pero finalmente la marea verde ha podido con las olas azules”, dijo, después de que ella advirtiera de que no entraría si no era con la camiseta, porque “se trata de un acto de coherencia, no de oportunismo ni de montar ningún circo”.
Finalmente entró y entregó a la reina las firmas que le habían dado a su vez a ella los interinos que se han concentrado a las puertas del centro para protestar.
