Hace justo 45 años se constituyó la primera Corporación democrática del Ayuntamiento de Cádiz. La actual ha logrado reunir a medio centenar de ediles que han desempeñado esta noble responsabilidad durante las últimas cuatro y medias en el Salón de Plenos para rendirle tributo en nombre de una ciudad por la que trabajaron generosamente.
“Prometimos nuestro cargo con tanta alegría, tantas emociones y tanta incertidumbre”, ha recordado Josefina Junquera, una de las protagonistas del acto, con un emotivo discurso que ha esquivado, no obstante, la nostalgia y la reivindicación de un tiempo pasado mejor pese a la tamaña obra que los pioneros del municipalismo, “los supervivientes de 1979”, asumieron.
“Descubrimos una ciudad más compleja y con más dificultades de lo que pensábamos -ha admitido-; conocí qué era una accesoria, un lavadero… temas urgentes que había que solventar, toda esa pobreza que entonces estaba instalada en la ciudad”.
Por ello, Carlos Rosado, que también tomó la palabra, rechazó “el adanismo que se va abriendo a marchas forzadas”, y ha valorado “el ejercicio de concordia y realismo” llevado a cabo por los concejales de entonces, apenas tres años después de la muerte de Franco, y al margen de las siglas, para anteponer por encima de todo las libertades y los intereses de la ciudad.
En este sentido, ambos hicieron mención especial al recientemente fallecido Carlos Díaz, primer alcalde democrático, hombre “honesto, sólido, tozudo, leal”, que “nos alentaba y buscaba una política de hechos para que Cádiz pudiera salir adelante”; y a otros nombres que “se dejaron la piel” como “Chele, que plantó los árboles en el Paseo Marítimo”, Pepe Mena, “un comunista cabal, un tipo con convicciones sólidas, bondadoso en las formas y firme en el fondo que rezumaba sin rencores todo lo que había pasado durante su vida hasta sentarse en estos bancos”; José Ramón Pérez Díaz Alersi, “el mejor orador que hubo en la Corporación del 79”; y otros tantos como Serafín Gutiérrez, Hipólito García o Luis Pizarro.
Intervino, finalmente, en nombre de todos ellos Pepe Blas Fernández, quien ha valorado “la caballerosidad” en el trato prodigado entre los ediles, la colaboración para sacar adelante proyectos, pese a las discrepancias y “las malas ideas” como cuando llamó a la grúa durante un Pleno para que retiraran el coche mal estacionado de Junquera, a lo que la concejala, riendo, le recordó que le costó 25.000 pesetas.
Esa experiencia, aquel bagaje, ha añadido, debe ser aprovechado por los nuevos responsables municipales y la ciudad, por lo que ha planteado la creación de un grupo de opinión para trasladar ideas.
El alcalde, Bruno García, acogió con entusiasmo la propuesta y ha cerrado el acto agradeciendo su trabajo, “el legado” y asumiendo de mejorarlo si cabe.
