Esta técnica, que se realiza una vez extraído el pulmón que se va a trasplantar, consiste en conectar el órgano a una máquina que hace funcionar los pulmones reproduciendo las condiciones del cuerpo humano y que permite evaluarlos y mejorarlos, de forma que se trasplantan en condiciones óptimas.
La perfusión ex vivo permitiría recuperar para trasplante un veinticinco por ciento de los pulmones y, por tanto, reducir notablemente la lista de espera para trasplantes y mejorar la calidad de vida de las personas en esta lista.
La operación, que se llevó a cabo el 15 de diciembre, fue presentada ayer por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien acudió al hospital acompañada del consejero de Sanidad, Juan José Güemes.
El paciente trasplantado, un varón de 61 años con enfisema pulmonar a causa del tabaquismo, recibió unos pulmones que permanecieron cuatro horas y media en proceso de evaluación, conectados a la máquina.
Tras la intervención, que en total duró 22 horas, permaneció en la unidad de cuidados intensivos una semana y “hasta un mes en planta. Ahora se encuentra en su domicilio y recuperándose correctamente”, explicó el médico responsable del programa ex vivo del servicio de Cirugía Torácica del hospital, Javier Moraviella.
Posteriormente, el 26 de diciembre se realizó la segunda intervención de este tipo a otro varón, también con enfisema pulmonar a causa del tabaco, tras la que “el receptor se encuentra bien y ya respira por su cuenta”, señaló Moraviella.
Esta técnica es novedosa a nivel mundial porque permite aprovechar para trasplante los pulmones de una persona fallecida súbitamente en su domicilio o en la calle -no en el hospital-, siempre que en un plazo de menos de ocho horas el órgano llegue a ser conectado a la máquina ex vivo.
Una vez conectado, “el pulmón se seca, se evita el encharcamiento y se mejora su funcionamiento”. Los órganos preparados para trasplante pueden recibir tratamiento adicional, como antibióticos, medicamentos anti rechazo o terapia celular, que consiste en implantarle células madre, lo cual permite “regenerar partes del tejido donde se implanta en el receptor o el propio tejido del pulmón”.
El tiempo máximo que el pulmón puede permanecer conectado a la máquina es de doce horas, según el protocolo establecido por los médicos del Hospital Puerta de Hierro.