De entre los casi 400 autores que presentaron obra al
57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura, solo 70 cuentan con opciones de alzarse con el prestigioso galardón el próximo 3 de marzo en la
Casa de las Vacas del Parque del Buen Retiro, en Madrid. Uno de ellos es
Fernando Devesa, gaditano de solo 43 años pero con una
larga y fecunda carrera pictórica a sus espaldas.
“Es bastante difícil conseguir el primer puesto, pero estar en la final de este certamen
ya es un éxito”, señala desde su estudio, en la avenida Ana de Viya, en la capital. “Voy con muchas ganas”, agrega sin ocultar la ilusión.
El cuadro, una vista de la ciudad de Cádiz
desde la Torre del Reloj de la Catedral, es imponente. Por
sus dimensiones, dos metros por uno veinte,
y la calidad. Con creaciones en la misma línea
ha resultado premiado en Tomelloso en dos ocasiones. Y, en 2019, una panorámica desde el mirador de la Torre Tavira, en un atardecer de marzo, fue seleccionado como imagen de la Diputación de Cádiz para ilustrar el
cartel del Día de la Provincia el 19 de marzo.
“Me llevó ocho meses concluirlo”, refiere sobre el lienzo que presentó al concurso. “A mitad del proceso creativo, se publicaron las bases y consideré que la obra se ajustaba a las mismas”, relata. Y decidió presentarse.
El cuadro obedece a una
temática urbana que se sitúa entre sus predilectas, aunque “toco todos los palos, como el bodegón y la figuración”. Y es producto de la
pincelada lenta. Alumno en numerosos cursos de
Antonio López y Miguel Ángel Mayo, Golucho, reconoce su fascinación “por la manera de trabajar” de sus dos referentes.
“Hay quien deja la obra como quiere con cuatro trazos y me parece admirable, pero
disfruto más dedicándole horas”.
Antes de atacar el lienzo, mide con regla y compás. En el caso de la creación que ha presentado al concurso, dado que no podía pintar en la misma torre,
subió y bajó los peldaños en numerosas ocasiones. “Hice alguna foto”, tomó algunas anotaciones y
volvió para corregir las tonalidades del mediodía.
Aún celebra las buenas críticas de expertos y aficionados a la exposición de una quincena de obras en
La Chanca, en Conil, continúa con una escena del interior de un
patio abandonado de una vivienda en extramuros que ejecuta igualmente sin prisa y sigue haciendo acopio de detalles, cada rincón de Cádiz, “cualquier cosa en la que la gente no se fija”, mientras pasea con
aparente aire despistado. Pero el día 3 de marzo está presente inevitablemente en su cabeza.
Ojalá haya suerte.