La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha denunciado la presunta tensión que sufre el cuerpo de seguridad en la Sierra, y en el caso del cuartel de Arcos posibles casos de “abusos de autoridad, acosos y arbitrariedad en el ejercicio del mando que se van cobrando paulatinamente un precio bastante gravoso para los guardias civiles que lo padecen como para los ciudadanos a los que se les debe un buen servicio público sobre todo cuando se trata de su seguridad”, sostiene el colectivo en nota pública.
“Las acciones derivadas de la prepotencia de este individuo -en alusión al responsable del cuartel-, se ha cobrado la salud psicológica de al menos tres componentes de la plantilla de ese acuartelamiento, tres bajas por cuestiones laborales fomentadas por el citado sargento que han retraído del servicio a tres trabajadores. Un precio muy alto para el ciudadano, y un precio elevadísimo para las personas que lo vienen padeciendo y sus familias”.
“Como toda persona incompetente para el mando, este sargento trata de cubrir sus lagunas de aptitud como mando intermedio de la guardia civil, a base de palos, golpeando moral y económicamente, reprimiendo y machacando a los trabajadores subordinados. Para ello tira de forma abusiva y tiránica del régimen disciplinario, creando un ambiente de terror, angustia y miedo, sustentando la espada de Damocles de la suspensión de empleo y sueldo para que los guardias civiles traguen con sus injusticias”.
“Tratar sin respeto ni educación a quien le viene en ganas porque cobardemente sabe que no va a obtener la respuesta de la que es merecedor, abrir expedientes disciplinarios de falta grave por absurdos tales como que un subordinado comunique un cambio de horario a compañeros por whatsapp en vez de usar el teléfono, a pesar de que la primera se mostró como la vía más eficaz y económica por los resultados obtenidos; o la peor de todas las faltas que se pueden cometer según este individuo contra la Guardia Civil (se supone que él es la Guardia Civil): testificar a favor de compañeros que están siendo injustamente acusados y denunciados por él para sembrar el terror y que los demás aprendan en cabeza ajena. Ese es el crimen por el cual se puede permitir acosar constantemente a otros trabajadores, con métodos más cercanos a los clanes mafiosos de los años 20 del siglo pasado, que al Benemérito Instituto al que debería servir”, expresa la nota pública de la AUGC, que también denuncia otro caso parecido en el acuartelamiento de Ubrique.