El Ayuntamiento podría retomar las obras de construcción de la piscina cubierta a principios de año una vez que el Ministerio de Agricultura tiene aún pendiente la firma del convenio con la institución municipal que permita definitivamente la encomienda de los trabajos a la empresa Tragsa.
Según explica el alcalde, José Luis Núñez, el proyecto técnico de la empresa Tragsa ya ha sido remitido al Ayuntamiento con una serie de modificaciones puntuales que estarían siendo analizadas a su vez por los técnicos municipales.
El convenio, que se podría suscribir en breve, podría dar paso a la reanudación de las obras en enero o a lo sumo en febrero próximo. Ahora, la intención del Ayuntamiento es amortizar la obra no en dos años como se había contemplado inicialmente, sino en tres, para así conseguir mayores facilidades. No obstante, el Gobierno municipal no descarta que, una vez concluida la obra, se puedan poner la piscina cubierta en manos de una empresa privada para su gestión, aunque esta sería una fórmula que tendría que revisarse con lupa a tenor de otras experiencias cercanas.
La inversión prevista supera el millón de euros, muy por debajo de lo contemplado en el proyecto que vio la luz hace dos mandatos. En este sentido, el nuevo contexto de crisis y de austeridad, requería rebajar los costes e introducir nuevas modificaciones que hicieran viable el proyecto.
Respecto a los plazos de ejecución, y una vez que la parte más complicada ya está construida, depende del ritmo de los trabajos de Tragsa, aunque todo apunta a que la obra terminaría a lo largo de 2015.
La piscina cubierta climatizada será un equipamiento no sólo para los deportistas, sino para aquellas personas con determinadas dolencias y patologías que requieran del ejercicio físico en el medio acuático para su rehabilitación.
Núñez ha querido agradecer públicamente “las facilidades” dadas por el Ministerio de Agricultura y ha dicho que “ya no hay paso atrás”.