La Palma se reencuentra con su barrio a plena luz del día

Hermoso día de celebración en el barrio de la Viña el que se vivió ayer en honor a la Virgen de la Palma Coronada. El tiempo acompañó para mayor lucimiento de los acontecimientos que comenzaron muy temprano y que concluyeron ya entrada la noche con la recogida de la procesión.

A las 9.00 horas comenzó la jornada con una misa oficiada por el director espiritual de la corporación, Rafael Fernández Aguilar. El cortejo salió a la calle rezando un rosario cantado camino de La Caleta, donde tuvo lugar a las 10.00 la bendición de las aguas.

Momento esperado
De regreso a la Iglesia de La Palma, los hermanos de la Archicofradía y los vecinos del barrio vivieron uno de los momentos más emotivos y esperados del día con la bendición del cuadro conmemorativo del maremoto de 1755, un año después de que fuera retirado por unas obras y regresará el pasado lunes a su sitio en una nueva hornacina.

Los actos de la mañana se cerraron con la solemne función votiva, donde se renovaron los votos de Cádiz con la Virgen, que fue presidida por el Obispo de Cádiz Antonio Ceballos. Como es tradicional, se desarrolló la misa típica gaditana interpretada por el coro parroquial viñero.

Ya por la tarde llegó uno de los momentos más esperados de los viñeros y cofrades gaditanos. A las 17.30 horas se abrieron las puertas de la iglesia para dejar paso a la procesión, un cortejo que el año pasado no se pudo realizar motivado por la lluvia, por lo que había más ganas aún de ver a la Virgen.

Procesión
Por ello, en la calle de La Palma se congregaron numerosas personas, ansiosas por ver a la titular de la archicofradía viñera. Además, el calor impropio de un mes de noviembre y el adelanto de la salida procesional respecto a los años anteriores, ayudó a que fueran más los fieles que acudieron a la cita.

Los hermanos de la archicofradía iban acompañando, unos con cirios y otros con varilla, a su Virgen, que asomó por el dintel del templo a las 17.45 horas. Con el acompañamiento de la banda de música Enrique Galán, de Rota, se fue abriendo camino hasta San Félix, para seguir por Patrocinio, Rosa, Jesús Nazareno, Encarnación, Torre, Rosa, Pastora, Tío de la Tiza, Hermano Ignacio, José Cubiles, Cristo de la Misericordia, Palma y regreso a su Templo, en una jornada para el recuerdo de los viñeros y cofrades gaditanos.