Michael Phelps sumó ayer su cuarta medalla, con un récord del mundo, al imponerse el equipo estadounidense en el relevo 4x200 metros libre, y es ya el nadador con más oros, tres, y una plata en Roma 2009.
Su compatriota Aaron Peirsol batió el récord del mundo de los 200 metros espalda en las semifinales de esta prueba, con un tiempo de 1:51.92, en la que el español Aschwin Wildeboer se clasificó quinto, con récord de España.
“Estoy muy contento de haber conseguido batir el récord de España. Lo veía más fácil en el 100 que en el 200. Sabía que iban a salir muy rápido, me ha venido bien nadar al lado de nadadores que íbamos al mismo ritmo”, dijo.
Por su parte, la sueca Therese Alshammar batió el récord mundial en los 50 mariposa, también como Peirsol, en las semifinales, con 25.07; y la alemana Britta Stefen superó el de los 100 libre en la final de esta distancia con 52.07.
La germana superó a la británica Fran Halsall, que con 19 años y un crono de 52.87 ganó la medalla de plata, y a la australiana Lisbet Trickett, medalla de bronce con 52.93.
El serbio Milorad Cavic rebajó otro de los récords mundiales de la tarde en las series clasificatorias para la final de los 100 mariposa.
En esa distancia el español Rafa Muñoz llegó a nadar por delante de Phelps, pero fue segundo por detrás del estadounidense y tercero de los que entraron en la final por detrás del norteamericano y el balcánico.
Cavic rebajó el mejor crono mundial en poder de Phelps desde el pasado 9 de julio en Indianápolis con 50.01 por 50.22, y, por lo tanto, el de Europa de Muñoz.
En el relevo, el catorce veces campeón olímpico entre los Juegos de Atenas 2004 y Pekín 2008 ganó la medalla de oro el primer día en el 4x100 libre, perdió ante el alemán Paul Biedermann en los 200 libre, en los que fue plata, y volvió a subir a lo más alto del podio el miércoles pasado en los 200 mariposa.
Ayer los estadounidenses batieron otro récord del mundo y demostraron que son los más fuertes, polémicas sobre los bañadores aparte.
Phelps, Ricky Berens, David Walters y Ryan Lochte, que venía de ser tercero en la final de los 200 espalda la misma tarde de ayer, marcaron 6:58.55 para mejorar la marca que los Estados Unidos con otro equipo lograron en la final olímpica de la capital china hace once meses, 6:58.56.
Pero no fue tan fácil para los norteamericanos. Para empezar la estrella de su equipo se vio superada en la primera posta por el que fuera su verdugo en los 200 libre, Biedermann, que paró el crono en 1:42.81 por 1:44.49 de Phelps.
El nadador de Baltimore fue el único de su equipo que no dio su relevo en la primera posición. Berens ya superó al alemán Felix Wolf y mientras los germanos se iban para abajo, los rusos con Nikita Lobintsev, Michail Polishuk, Danila Izotov y Alexander Sukhorukov se crecían para tocar en la segunda plaza con 6.59.60, a 0.60 de los medallistas de oro.
En la tercera plaza los australianos Kenrick Monk, Robert Hurley, Tommaso D’Orsogna y Patrick Murphy tuvieron que pelear por el bronce con japoneses, alemanes e italianos.
El equipo italiano merece una mención especial pues su mejor velocista, Filippo Magnini, llegó a situarse por delante de Murphy en la última posta cuando pasaban por el primer cien, pero, finalmente, y con el público del Foro Itálico encendido, se acabó fundiendo y vio cómo le superaban australianos, japoneses y alemanes, para ser sexto.
El francés Frederick Bousquet competirá hoy por la calle cuatro en la final de los 50 metros libre con un registro de clasificación de 21.21. Tras él superaron las semifinales, el croata Duje Draganja, con 21.29, y el francés Amaury Leveaux, con 21.32.
Daniel Gyurta, de Hungría, ganó la final de los 200 metros braza por delante del estadounidense Eric Shanteau y el lituano Giedrius Titenis, con 2:07.64 por 2:0765 y 2:07.80.
En esta distancia en categoría femenina, la serbia Nadja Higl dio la sorpresa con un tiempo de 2:21.62 para imponerse a la canadiense Annamay Pierse, plata, y a la favorita, la austríaca Mirna Jukic, bronce.